Se cumplen más de dos meses, desde su llegada a mediados del pasado diciembre, sin que haya dado comienzo la obra de transformación del buque “Monforte de Lemos”, de la naviera Fernández Tapias. Uno de los escasos contratos que pudo anunciar el pasado año Navantia está paralizado en este momento, tal como han denunciado ya desde la parte social, por el conflicto de competencia que actualmente tiene la naviera española en México, donde el buque tendría su destino, al servicio de Pemex.
Fernández Tapias firmó a finales de 2012 dos contratos con la petrolera mexicana para operar dos buques de apoyo a las plataformas petrolíferas, concretamente para realizar los análisis del caudal y la calidad del crudo. La naviera gallega contrató en septiembre la transformación del “Monforte de Lemos” para poder prestar dicho servicio y envió un par de meses después a su otro barco, el “Vigo”, para iniciar el servicio en el Golfo de México. Sin embargo, una empresa local, Marecsa, denunció a la española ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual por no contar con la experiencia necesaria ni con licencia de uso de la tecnología exigida –denominada WTSV–.
La citada denuncia, sumada a las dificultades económicas que atraviesa el grupo Fernández Tapias, parece ser la causa del retraso en la obra que ha de ejecutar Navantia. El buque está atracado en el astillero desde mediados del pasado diciembre y, pese a que la parte social ha reclamado a la dirección explicaciones sobre los motivos del retraso, la compañía se limita a decir que sigue las instrucciones del cliente.
José Manuel Revuelta y Fernando Fernández Tapias firmaron el contrato el 26 de septiembre y la compañía pública lo anunció con un comunicado en el que se resaltaba que este encargo podría abrir la puerta a otros y que representaba, además, un trabajo innovador que ofrecía a los astilleros la oportunidad de convertirse en “un referente a nivel mundial” en este tipo de barcos. La transformación consiste en instalar en la cubierta principal del barco la planta de proceso que ha de realizar los análisis del crudo siguiendo una nueva normativa medioambiental. El trabajo reportará, si llega a realizarse, unas 150.000 horas de ocupación en un plazo de cinco meses. Inicialmente, los dos contratos firmados por Fernández Tapias con Pemex establecían el inicio de operaciones de los dos barcos en enero y junio del pasado 2013. Acarrean ya un retraso de más de un año.
buque argelino
Por su parte, se encuentra muy avanzada la obra de transformación del primer buque de la Armada argelina, el “Kalaat Beni Rached”, que iniciará las pruebas en breve. Navantia mantiene unas estrictas condiciones de confidencialidad en torno a este contrato, que fue anunciado en el mes de julio de 2012 y que incluye la actualización del sistema de combate y la propulsión de dos unidades.
Cada uno de los buques militares, fragatas ligeras de unas 2.000 toneladas de desplazamiento, tenía previsto permanecer en la ría en torno a un año y medio, plazo que cumplirá la primera.
Aunque no se han facilitado fechas concretas, en breve llegará la segunda para someterse al mismo proceso. De este contrato destacó Navantia en su momento que supone la entrada de la compañía pública en el sector de las reparaciones dentro del ámbito militar y para una marina extranjera.