La Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a Óscar Ferreño Fraga a las penas de 17 años y seis meses de prisión por el asesinato de su exnovia, Iria García Bouza, y nueve meses más por el de quebrantamiento de medida cautelar. Tendrá que indemnizar a los padres y el hermano de la víctima con la suma de 200.000 euros y no podrá residir en el término municipal de Narón por un período de 27 años y medio.
La pena global de 18 años y tres meses de prisión que le han impuesto se ve sensiblemente reducida respecto a los veinte años que solicitaban las acusaciones porque se le ha aplicado la circunstancia atenuante de colaboración con la autoridad. Según se recoge en la sentencia, tras ser detenido reconoció su autoría, aceptó el registro de su casa, acompañó a la Policía en la infructuosa búsqueda del arma empleada en el río Xuvia y entregó su ropa para la realización de pruebas biológicas.
Óscar Ferreño había sido declarado culpable de asesinato y quebrantamiento de medida cautelar por un jurado popular. En la sentencia que se dio a conocer ayer, la Audiencia rechaza, en primer lugar, el argumento esgrimido por el ahora condenado de que desconocía que tenía una orden de alejamiento, porque esta le había sido notificada personalmente y porque un testigo declaró que se lo había comentado. Descarta, asimismo, que la víctima lo hubiese citado ese día, por la falta de elementos que la respaldasen. En cuanto al asesinato, sostiene que nunca llegó a producirse la discusión que Ferreño alega y rechaza también que el joven actuase movido por la furia después de que Iria le hubiese dado una patada. n