Autor del mítico “Golosinas” (1995), su primer LP en solitario, Guerra acumula ya una discografía de quince títulos, el último de ellos publicado en 2016, “Arde Estocolmo”. Antes de su partida hacia Madrid, donde grabaría su primer trabajo como Pedro Guerra, el cantautor había formado parte de Taller Canario de Canción, fundado a mediados de los años 80 y considerado uno de los artífices del resurgir de la canción canaria. Ya entonces, ilustres del mundo de la música como Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute o Joaquín Sabina colaboraron con él.
Al poco de su llegada a Madrid consiguió hacerse un hueco en el mundo de la canción de autor. La popularidad le llegó con “Golosinas”; la consagración, con su segundo LP, “Tan cerca de mí”. Desde entonces han pasado más de dos décadas en las que ha mantenido su estatus de referente.
¿Cuál es la clave para que lleve 35 años ininterrumpidos de carrera musical?
En realidad no sé si hay una receta. Supongo que el trabajo y la constancia ayudan mucho a conseguirlo.
Desde hace unos años parece que los cantautores no están de moda. ¿Cree que es así? ¿Por qué?
Cantautores siempre hay. El interés de los medios y el público se sucede de manera cíclica. A principios de los 90 hubo un impulso del que surgió mi generación y ahora hay un impulso nuevo. En los dos casos suelen ser períodos que siguen a una crisis y la gente busca en las canciones un apoyo.
¿Cómo valora la cancelación de algún concierto, como el de Luis Pastor, por motivos políticos?
Cualquier tipo de prohibición de cualquier manifestación artística me parece un error y un acto de absoluta torpeza. Es algo que no se debe producir.
¿Cree que la canción de autor es molesta o incómoda para determinados poderes?
El poder no quiere voces disidentes. Cualquier intención de pensar las cosas de forma diferente es molesta, sin duda. Ahora bien, queremos una sociedad abierta y crítica donde la disidencia y otras formas de pensar el mundo nos inviten a crecer y a ser mejores.
¿Qué aporta a la música actual la canción de autor? ¿Tenía más sentido en años de cambio político o sigue estando vigente?
Siempre estamos cambiando y mejorando. La canción forma parte también de ese proceso, y por eso siempre está ahí.
Ha colaborado con multitud de artistas, de diferentes estilos y personalidades. ¿A cuál o cuáles admira más o se ha sentido más cómodo a la hora de trabajar?
De todas las colaboraciones aprendí algo. No soy mucho de elegir. Cada una a su manera fue un momento importante. Las disfruté todas.
De los nuevos cantautores que están ahora asomando la cabeza, ¿hay alguno que le guste especialmente?
Hay muchos y muchas. Rozalén, Pedro Pastor, Marwan, Andrés Suárez...
Vivimos en una época en la que la canción más reflexiva o de crónica social no disfruta de la proyección pública y mediática de otros estilos. ¿Cree que se ha perdido sentido creativo en las letras?
Cuando la música quiere tan solo entretener, la verdad, no se le da al texto la importancia que debiera tener, incluso si hablamos de canciones de amor. Por suerte, hay autores que siguen cuidando las letras y escribiendo canciones llenas de sentido.
La industria de la música y los hábitos de consumo han sufrido grandes transformaciones en los últimos años (formatos, ventas...). ¿Qué le gusta y qué no le gusta de estos cambios?
Bueno, es verdad que los hábitos de consumo han cambiado y, claro, hay cosas que me gustan más y otras menos. En cualquier caso, no nos queda otra que adaptarnos a esas nuevas formas y sacarles el máximo partido.
¿Qué es lo que le anima a seguir después de una trayectoria tan larga en la que ha conseguido todos los éxitos y reconocimientos posibles?
Esta es mi profesión y yo sigo ahí cada día. Queda mucho camino y muchas cosas que aprender y ofrecer.