Un equipo de cuatro investigadores pondrán rumbo desde España a Groenlandia el día 15 para investigar los ríos helados de Groenlandia, con el objetivo de obtener datos relacionados con el incremento del nivel del mar, según los responsables de la investigación.
Los científicos viajarán junto con el “Trineo de viento” un vehículo de doce metros de largo propulsado por grandes cometas de viento, a bordo del cual se instalará una gran plataforma científica para recoger datos y realizar investigaciones.
La comitiva, formada por el responsable del vehículo, Ramón Larramendi; el investigador australiano-americano Ross Edwards; el logista Hilo Moreno; y el groenlandés Jens Jacob Simonsen; pretende llegar hasta el mayor “río de hielo” de la región para perforar desde su superficie y obtener datos sobre su flujo, que avanza del interior hacia el océano unos 100 metros al año.
“Su estudio es fundamental para conocer mejor uno de los grandes impactos del cambio global: la subida del nivel de los océanos. Sobre ese río de hielo, que da nombre a la expedición, y en una ruta de unos 300 kilómetros desde el punto que decidan los investigadores de EastGRIP, se realizarán 13 de las 17 perforaciones previstas a unos 15 metros de profundidad. El resto se llevarán a cabo desde la salida en el oeste de Groenlandia hasta la llegada a la corriente”, explicaron los responsables de la investigación, patrocinada por la agencia de viajes Tierras Polares y la base ártica EastGRIP.
En total, el trineo de viento de Larramendi recorrerá unos 1.200 kilómetros (desde Kangerlussuaq, en la costa suroeste de Groenlandia hasta la base científica internacional EastGRIP, en el noreste) con cero emisiones. Utilizará energía eólica, solar y cinética para su funcionamiento y el de los dispositivos científicos.
Los datos que se recojan durante las perforaciones y durante el trayecto se utilizarán en dos investigaciones científicas: uno titulado ‘Dark Snow’, sobre contaminación por hollín del hielo; y otro titulado ‘Ice2Ice’, sobre la desaparición del hielo ártico.
El trineo ha sido equipado con diversos dispositivos, algunos de los cuales (como un georradar capaz de alcanzar los 25 metros de profundidad o un colector de aire para captar y recoger microorganismos), han sido diseñados por científicos españoles.