Los vecinos de Ferrol Vello salieron de la reunión mantenida ayer con el alcalde y con la concejala de Urbanismo sin plazos para la reapertura de las calles cerradas a la circulación pero con el compromiso de que las obras en algunos de los edificios empezarán en días. Según explica la presidenta de la asociación vecinal, Maite Fernández, desde el gobierno local se les transmitió que las reparaciones que se exigen a los propietarios podrían empezar, en algunos casos, esta misma semana o la próxima. Dos de ellos tienen la intención de acometer las reparaciones, “ya”. Una vez que se retiren los elementos que pueden desprenderse y se afiance la seguridad, se retirarían las vallas y volverían a abrirse al tráfico las calles Mercé y Benito Vicetto.
Ese es el plazo que dan los vecinos antes de tomar medidas: una semana o incluso algunos días más. No avanzan en qué consistiría su protesta pero ya en cuanto se colocaron las vallas estas desaparecieron y desde entonces se han repuesto y vuelto a sacar (este mismo domingo, por ejemplo) sin que nadie haya reivindicado la acción. Esta conducta podría suponer multas de hasta 3.000 euros.
Las calles Mercé y Benito Vicetto son las que causan más problemas de comunicación a los vecinos, según explica Maite Fernández, puesto que suponen “la arteria de entrada y de salida al barrio” y su cierre ha conllevado incluso que a alguna vecina no le pase el camión del butano por la puerta y tenga que ir a recoger la bombona a la Praza Vella.
En la calle Curuxeiras, donde hay más edificios en ruinas (uno de ellos está pendiente de demolición por parte del Concello), la espera puede ser mayor, aunque los vecinos ven menos riesgo que los técnicos municipales que emitieron un informe a finales de diciembre alertando de posibles desprendimientos de cascotes. Para los residentes, de haber peligro, sería en los edificios de las dos esquinas de la calle.