El conflicto que se vivió hace un año entre algunos curas de la provincia de Pontevedra y funerarias de la zona por la disparidad de tarifas en la realización de entierros y funerales y por la negativa de algunos sacerdotes a emitir la correspondiente factura por cobrar sus honorarios parece haberse extendido a esta comarca, concretamente al municipio de Fene. Según han informado a este periódico varias personas, el cura párroco de Sillobre, José Antonio Guillermo Grela, aludió el pasado viernes en un funeral a una de estas empresas, Tanatorio San Lorenzo, para informar a las personas que tuviesen contratado su seguro de deceso con esta funeraria de que no trataría con esta empresa, a la que llegó a asegurar que ni siquiera le cogería el teléfono, y solo lo haría con las familias. El párroco advirtió además de que no realizaría el correspondiente asiento del fallecimiento en el libro de la parroquia ni tampoco admitiría que acudiese otro cura a oficiar el funeral o entierro.
El sacerdote, que se ocupa también de las parroquias de Fene, Perlío, Regoela y Soaserra –todas ellas dependientes del Arzobispado de Bezoucos– dijo ayer que no haría declaración alguna sobre este tema para un medio de comunicación.
En el tanatorio San Lorenzo relacionan esta actitud de José Antonio Guillermo Grela con la exigencia por parte de su empresa de que los curas entreguen factura o al menos un “recibí” con su nombre y DNI para justificar el pago de sus honorarios por entierros y funerales. La directora, María del Pilar Lage, señaló que lo habitual es que los sacerdotes cobren entre 200 y 230 euros y en cualquier caso “de 180 euros para arriba”. En marzo de 2014 el Arzobispado de Santiago fijó unas tarifas máximas que se sitúan en 140 euros como tope, aunque pueden incrementarse dependiendo de si participa más de un sacerdote en la misa.
Desde el tanatorio San Lorenzo se apunta que los precios que se están cobrando son muy variables en función de las parroquias y que entre los factores por los que puede verse incrementada la tarifa los curas llegan a plantear cuestiones como el tañido de la campana.
La empresa sostiene que debe declarar los pagos que realiza a la Agencia Tributaria y que por este motivo exige un recibí o una factura. Aclara también que todos los curas cobran “en efectivo y en el momento”, al tiempo que considera necesario que las familias sepan los honorarios que perciben los sacerdotes por este tipo de ceremonias.
arciprestazgo
Por su parte, Faustino Ramos, arcipreste de Bezoucos –del que depende la parroquia de Sillobre–, negó que se estuviese produciendo un problema con los sacerdotes de la zona en general, aunque no descartó que pueda haber algún caso particular y añadió que “unos la hacen y otros la pagan”. Aseguró que precisamente en una reunión mantenida estos días con otros cuatro curas abordaron esta cuestión y todos ellos negaron tener problemas con ninguna funeraria. En esta línea redactará un informe para el Arzobispado de Santiago, del que depende Bezoucos.
Insistiendo en que “como en todos los estamentos hay curas para todo”, Ramos apuntó que “todos estamos en la cultura de los seguros para que te resuelvan los problemas y eso es lo que tienen que hacer”, por lo que lamentó que las familias puedan verse involucradas en estas situaciones. Para el arcipreste la cuestión en lo relativo a los curas está clara: “si no quieren firmar, no se les puede dar el dinero”.