Después de cerrar otro año en la elite nacional del tiro con arco y con un papel destacado en pruebas internacionales, Miguel Alvariño hace balance de la pasada temporada antes de empezar a preparar la siguiente. En ella, su objetivo es claro: clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio. El arquero pontés no lo pudo conseguir hace unos meses en los Juegos Europeos, la primera ocasión de la que dispuso, pero está seguro de alcanzarlo en los próximos para repetir una experiencia como la vivida en Río de Janeiro en 2016.
¿Qué nota le pondría a la temporada que viene de acabar?
Entre un 5 y un 6. No entrené como me gustaría por culpa de los estudios... pero al final ya los terminé. Y cuando tengo que estar bien es el año que viene, que me voy a dedicar exclusivamente a tirar.
¿Clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio es su principal y casi único objetivo?
Sí, sí... Me voy a dedicar exclusivamente a tirar, a coger la plaza individual en los clasificatorios de la Copa del Mundo de Berlín y también la de equipos, que sería interesante.
¿Cree que su rendimiento ha sido irregular esta campaña?
No es que fuera irregular, es que los resultados no salieron. A pesar de eso quedé decimoséptimo en la segunda y cuarta prueba de la Copa del Mundo, noveno en la tercera, decimoséptimo en los Juegos Europeos... Pero esto es lo que hay: si no estás preparado al cien por cien, el tiro con arco te pone en tu sitio.
¿Le genera estrés tener que superar tantos clasificatorios para estar en la selección?
No, porque todos los años es lo mismo. Es así. ¿Que es duro? Pasa como en todos los deportes: hay que hacer una criba y somos pocos deportistas... pero si estuvimos hasta ahora en la selección por qué no vamos a estar un año más.
¿Formar equipo con Acha y Castro le da más confianza?
Para mí es el mejor equipo que puede haber y estoy convencido de que va ser el equipo que va a competir la próxima temporada. Hay que hacer clasificatorios pero seguro que vamos a ser los mismos. ¿Si es más fácil la clasificación por equipos que la individual? Todo es difícil. Hay que entrenar y luchar. No hay que darle muchas vueltas a la cabeza .
¿Compartir equipo con su paisano Daniel Castro le hace las cosas algo más fácil?
Sí... pero repito que esto es un equipo y nos intentamos ayudar los tres. Lo que nos interesa es intentar hacerlo bien juntos y si nos ayudamos será bueno para nosotros.
¿Se nota más maduro tras el debut olímpico en Río?
Sí, claro. Los años en el equipo nacional se notan, porque ahora cuando voy a una Copa del Mundo aguanto mucho mejor la presión y a nivel de cabeza estoy mucho más tranquilo.