Javier Gutiérrez no para de trabajar (y de triunfar). Así lleva varios años, encadenando exitosos proyectos en teatro, cine y televisión, con numerosos premios de por medio –entre ellos dos Goya al mejor actor por las películas “La isla mínima” y “El autor”– y poniéndose en la piel de muchos y muy variados personajes que acaban calando con gran fuerza en el espectador. Hoy, a las 12.00 horas, recibirá en el Auditorio de Ferrol la Medalla de Prata al mérito artístico, la máxima distinción que puede otorgar el Concello.
Ferrolán do Ano en 2011 y 2015, Fillo Predilecto y ahora Medalla de Prata de Ferrol. Está claro que Ferrol le quiere y está orgullosa de usted.
Y yo estoy muy orgulloso de Ferrol y la quiero mucho, también. Y recibo esta distinción con mucha gratitud. Es para mí un gran honor que hayan pensado en mí y sobre todo una medalla al mérito artístico. Dentro de la medalla se habla también de los valores humanos y eso me hace muy feliz porque más allá de lo profesional, también habla de la calidad humana, y me considero una persona muy preocupada y cercana a la realidad social que nos rodea y trato de arrimar el hombro en todas aquellas cuestiones en las que puedo.
En la actualidad interpreta a Márquez en la serie “Estoy Vivo”, A Jesús en “Vergüenza”, al señor Carnero en la obra de teatro “¿Quién es el señor Schmitt?”... ¿Le queda tiempo para ser Javier Gutiérrez?
(Se ríe). Sí, si... Para eso no soy demasiado intenso. Yo termino de rodar, o la función de teatro, cuelgo el vestuario y vuelvo a ser Javier Gutiérrez. No pierdo demasiado el tiempo en eso porque si no tampoco sabría muy bien quién soy, eso es cierto, de tantos personajes que uno va acometiendo a lo largo de la temporada. Así que trato en la medida de lo posible de disfrutar al máximo de mi tiempo libre, dedicármelo a mí mismo y a la gente que tengo cerca y que demanda también atención por mi parte.
Su trabajo está avalado por los numerosos premios conseguidos, las valoraciones de la crítica y el absoluto respaldo del público en los proyectos que acomete. Pero, ¿cómo se definiría Javier Gutiérrez a sí mismo como actor?
Yo soy un actor muy exigente conmigo mismo, con mi trabajo y con el trabajo de los demás también; creo que muy responsable, no me gusta engañar al público, dar lo máximo siempre, preparar bien los proyectos siempre y en la medida de lo posible ir cambiando de género y sorprendiendo al espectador, no soy nada acomodado en este sentido; y por otro lado tengo el privilegio también de contar con proyectos de cine, televisión y teatro, y en algún caso hasta elegir, cosa que en este país cada vez es más difícil. Pero bueno, trato de no bajar la guardia, el listón, porque sé que hay muchísimos compañeros con tanto o más talento que yo que también están esperando su oportunidad.
Cine, teatro, televisión... Toca todos los palos. ¿Con cuál se quedaría si tuviese que decantarse por alguno?
Yo me considero un actor de teatro, realmente, curtido en el teatro, educado en el teatro pero poco a poco, a medida que voy cumpliendo años y trabajando mucho más en la televisión y en el cine, también son medios en los que uno se siente muy a gusto. Pero sobre todo valoro muchísimo los proyectos, los compañeros de viaje, el ir cambiando, como te decía antes. Yo creo que tengo una capacidad de riesgo, y eso me lleva a acometer proyectos que van saltando del drama a la comedia, o del teatro al cine; dependiendo de lo que yo necesite en cada momento o de lo que me apetezca o tenga encima de la mesa, así voy eligiendo. Creo también que el teatro es la gasolina del actor y que después de estar durante tanto tiempo delante de las cámaras, uno necesita el feedback y subirse al escenario, y cotejar esas emociones con el espectador, con el público en directo.
La película “Campeones”, en la que usted se pone en la piel de un entrenador de baloncesto de un equipo de personas con discapacidad, se ha convertido en un auténtico fenómeno social. ¿Qué le ha aportado este proyecto?
Bueno, pues muchísimas cosas, pero más que a mí, a la sociedad. Estoy feliz de que “Campeones” haya trascendido del valor puramente cinematográfico y se haya convertido en un auténtico fenómeno social porque significa que ha abierto una ventana enorme al mundo de la discapacidad en nuestra sociedad, un mundo a veces ignorado, un mundo que no queremos ver, que nos da miedo, al que no queremos acercarnos, y en este momento, en el que vivimos muy pegados a las redes sociales, al móvil, y miramos poco al otro, pues yo creo que para todos los que nos dedicamos al cine en general y en particular a los que hemos hecho “Campeones” ha sido una gratísima sorpresa. Sobre todo en mi caso, yo tengo en casa un campeón, mi hijo con una discapacidad, y para mí es un triunfo personal enorme.
El film ha sido elegido para representar a España en los Óscar. ¿Nervioso?
Bueno, estaré nervioso si pasamos los filtros que hay que pasar. Ahora mismo somos la película que representa a España. Hay que pasar una primera criba, en la que hay muchísimas películas con directores de mucho renombre, películas de altísimo nivel, y si pasamos ese primer corte creo que puede tener muchísimas opciones, porque es una película muy del gusto de los académicos, que apela al sentimiento, al corazón, protagonizada por personas con discapacidad, que eso es muy del gusto ‘hollywoodiense’, así que por qué no. Hasta ahora no hemos parado de soñar con “Campeones”; podemos seguir haciéndolo.
¿Ha cambiado en algo a Javier Gutiérrez el éxito alcanzado?
No, no ha cambiado nada. Yo soy muy escéptico, y también muy terrenal, y tanto para lo bueno como para lo malo, suelo tener los pies en la tierra y más allá de los premios yo sigo siendo la misma persona, el mismo actor. Hoy uno puede estar arriba y mañana abajo, e igual que suena el teléfono, puede dejar de sonar. Así que hay que tomarse todo con mucha calma, con muchísima humildad y seguir trabajando; yo creo que es la fórmula para poder sobrevivir y aguantar en esta profesión.
¿Tendrá tiempo este fin de semana para disfrutar de la ciudad?
Tendré poco tiempo en esta visita a Ferrol pero lo estiraré lo máximo que pueda. Saldré a tomar unos vinos y si me da tiempo igual hasta me acerco hasta la Malata a ver al Racing. Tengo la agenda ocupada pero tengo varias propuestas de ocio que me gustaría hacer.
Así que sigue siendo seguidor incondicional del Racing de Ferrol.
Sí, claro. Yo creo que es importante apoyar al equipo, que este año no está muy fino, pero esperemos volver pronto a Segunda B. Lo ideal sería, ojalá, que en algún momento pudiéramos ver al Racing de Ferrol en Primera División porque yo creo que es una inyección económica importantísima para cualquier ciudad. El mundo del deporte además, y sobre todo el del fútbol, mueve tantísimo dinero que es una auténtica inyección económica para cualquier ciudad tener un equipo en Primera División.