Javier Gómez Noya no pudo revalidar su título de campeón del mundo de triatlón 70.3 (medio Ironman) y se tuvo que conformar con la medalla de bronce en la prueba que se celebró ayer en la localidad austríaca de Zell am See. El ferrolano acusó los problemas físicos que le impidieron ejercitarse con normalidad la semana pasada y en la carrera a pie no fue capaz de remontar la ventaja que le sacaban los alemanes Frodeno y Kienle, dos de los competidores germanos que salieron de la segunda transición con una amplia renta. De todas maneras, Gómez Noya fue capaz de remontar desde la sexta plaza para ser tercero en la lína de meta.
Antes, el ferrolano fue el más rápido en completar los 1,9 kilómetros de que constaba el segmento de natación, pero lo hizo sin apenas ventaja sobre un grupo de más de una docena de rivales. Por eso, en los 90 del tramo de ciclismo, en los que no se podía ir a rueda del rival, Gómez Noya sufrió ante el ritmo de competidores especializados en esta disciplina. De hecho, Frodeno se puso a correr en la primera plaza, con una renta de más de cuatro minutos sobre el ferrolano.
En la media maratón con la que finalizó la prueba, el deportista de la ciudad naval demostró su superioridad y fue adelantado poco a poco a los rivales que tenía por delante. Sin embargo, su escalada se quedó en la tercera plaza, ya que no pudo dar alcance ni a Frodeno ni a Kienle, por lo que se tuvo que conformar con el bronce. El deportista ferrolano, de todas maneras, se manifestó “contento” al final de la prueba. “Sin haberme encontrado bien pude ser tercero, solo superado por los mejores del mundo en media y larga distancia, a los que no me queda más que felicitar por su buen papel”.