El recorte de cuotas y los sueldos reducidos de los marineros empujan a desguazar cada día más barcos

El recorte de cuotas y los sueldos reducidos de los marineros empujan a desguazar cada día más barcos
Vista del muelle pesquero de Oza pedro puig

Las cifras de la Lonja coruñesa son un buen termómetro de lo que está ocurriendo en el sector del mar. Frente a los datos históricos de hace un par de años, los últimos balances han reflejado una reducción del volumen de descargas. A Coruña sigue siendo el primer puerto del país en pesca fresca, pero la reducción paulatina de la flota y el recorte en las cuotas pesqueras de las distintas artes han mermado la cantidad de mercancía que sale a subasta. Además, estas problemáticas empujan a desguazar cada vez más barcos, generando un círculo vicioso que, según los armadores de bajura, no parará hasta que se abogue por potenciar un tamaño de flota sostenible.
No solo lo muestra El Muro, desde la Asociación de Armadores del Cerco de Galicia (Acerga) aseguran que el nuevo recorte europeo a la cuota del jurel gallega dejaba en duda la viabilidad de los pesqueros.
“Cada vez é máis difícil vivir deste oficio”, incide el portavoz de Acerga, Andrés García. Tanto que en los últimos años los achatarramientos de buques con base en el puerto coruñés han alcanzado la decena anual y es poco probable que el ritmo vaya a menos.
El presidente de la Asociación de Armadores Coruñeses de Baixura (Arcopeba), Manuel Iglesias, asegura que “se está desguazando mucha flota”. Incluso él está pendiente de acogerse a esa “mejor opción ahora mismo” viendo que la pesca va a menos.
“Con el problema de cuotas es inviable que la flota sea sostenible; no tiene sentido pelear con esta inseguridad”, reflexiona. Pero también cree que los reducidos sueldos están detrás de ese rumbo tomado hacia la desaparición de una buena parte de las embarcaciones.
Iglesias reconoce que la entrada en la Unión Europea implicó una reducción de flota “en todos los países” pero recuerda que en Galicia, y casi en A Coruña, “no tenemos otra industria tan fuerte”. De hecho cuenta que los amarres de la ciudad ya sufrieron una reestructuración cuando tocó entrar en la UE.
Antes a la Lonja llegaban “en Navidad de 480 a 500 barcos” y ahora la cifra ni se le acerca, ni tan siquiera en esas fechas en las que el precio del pescado alcanza buena parte de sus máximos anuales.
Desde Arcopeba comentan que es difícil seguir a flote teniendo en cuenta que los pesqueros de bajura “pagan por todo y los barcos dan para lo que dan porque son de capturas artesanales”. Iglesias cree que se está generando un “problema socioeconómico” que tocará a la ciudad, aunque no lo parezca, y sobre todo a la comunidad.
Además de los ajustes en las capturas, se suma el hecho de que faltan marineros porque los salarios son muy bajos. “Si alguien va al mar lo hace por necesidad porque se paga lo mismo en tierra que en el mar, o incluso más”, razona Iglesias.
Por eso opina que se debería ofrecer “un sueldo bueno para que la gente se arriesgue” y, para ello, todo pasa por adaptar la flota pero también controlar la caída de los cupos pesqueros.

El recorte de cuotas y los sueldos reducidos de los marineros empujan a desguazar cada día más barcos

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