El empate con el que el Racing saldó el examen que para él era ayer el partido frente al Bergantiños en As Eiroas le permite salir airoso de la jornada. Con solo doce jugadores de la primera plantilla en condiciones –alguno, incluso, lesionado–, el equipo ferrolano defendió el liderato del grupo 1 ante el rival más inmediato que tenía en la tabla. Así que, a nueve jornadas para el final de la liga regular, el equipo ferrolano se mantiene en el liderato, aunque en la actualidad son dos los rivales que tiene a un punto –su adversario de ayer y el Compostela, que coge fuerza en la lucha por el título–.
Entre que el terreno de juego de As Eiroas no es el más propicio para realizar algo que no sea un juego directo y que el viento que soplaba ayer condicionaba la acción, el partido apenas deparó ocasiones durante los noventa minutos. De hecho, las ocasiones del cuadro verde fueron casi inexistentes. Y a pesar de que las de su rival fueron un poco más claras, en realidad tampoco inquitaron demasiado. Si acaso, una de Jorge Cano pasado el cuarto de hora de juego que obligó al portero Chema a emplearse a fondo.
Sin embargo, con dos rivales preocupados por mantener su portería bien defendida antes que buscar la contraria a lo loco, el centrocampismo fue la tónica habitual. De hecho, en la cuenta del Racing solo aparecen un par de escarceos de Juan Antonio –el racinguista más activo en ataque– y alguna falta botada por Pablo Rey que, llegada al área, no encontró rematador a los servicios que ponía ante la meta rival.
Seguridad
Visto el guion de la primera parte, para la segunda tampoco se esperaban demasiados cambios. Si acaso, el partidos fue todavía más cerrado de lo que había sido la primera parte, porque ninguna de las dos escuadras estaba dispuesta a arriesgar lo más mínimo para, en vez de conseguir los tres puntos, perder el que podían sumar de seguir el 0-0.
Lo único que se vio en la segunda mitad es que el portero Chema demostró ser una alternativa más que fiable a Diego Rivas. De hecho, con otra intervención salvó la ocasión más clara de la segunda parte, un disparo franco del Bergantiños que el cancerbero rechazó. Así que los minutos fueron discurriendo sin que se registrasen acciones de peligro.
Llegados a los últimos instantes, y con el recuerdo de la cantidad de duelos que el Bergantiños había resuelto en los compases finales –bien rescatando el empate o alcanzando la victoria–, el equipo ferrolano se esmeró en mantener el empate sin goles con el que había llegado. Fue la manera de acabar el encuentro y mantener el liderato otra semana.