La mujer a quien una persona le arrojó ácido en el rostro el 20 de junio de 2012 dijo a uno de sus familiares más próximos que tenía la certeza de que su marido estaba detrás de la agresión.
Una veintena de testigos han comparecido hoy en la segunda sesión del juicio a Ozgur D., que se enfrenta a una petición fiscal de 24 años de prisión, por maltratar a su esposa porque quería separarse de él y contratar a otro hombre, Bryan Stevan C.A., para quien la fiscalía solicita 17 años de cárcel, por arrojar líquido corrosivo a la mujer, que sufrió una gran quemadura en la cara que le ha dejado graves lesiones.
Al comienzo de la sesión, Ozgur D., en prisión provisional por esta causa desde el 21 de junio de 2012, fecha de su detención, ha manifestado que hoy le han pegado en la cárcel y que no quería salir en los medios de comunicación.
Entre los testigos, el tío de la mujer ha detallado que su sobrina, María Ángeles R.G., le dijo que no estaba contenta con su relación, que quería separarse, que se sentía "acosada y controlada" y que recibía mensajes de contenido amenazante.
Ha explicado que su sobrina le trasladó sus sospechas de que su marido, Ozgur D., "estaba detrás" del robo con violencia que sufrió el 29 de mayo de 2012 en el que le quitaron el bolso con sus pertenencias porque luego vio en poder de su esposo una fotografía de su hijo que llevaba en la cartera que le habían sustraído.
También ha relatado que el 20 de junio de 2012, después de que le lanzaran ácido en el rostro, cuando estaba ingresada en el hospital, su sobrina le dijo que estaba convencida de que había sido su marido, por lo que se negó a verlo y solicitó una orden de alejamiento.
Ese mismo día, el tío de la agredida recibió un mensaje del hermano de Ozgur D., en el que decía: "Mi madre, mi mujer y yo no somos culpables. Ha sido una vergüenza para mí. No le quiero más en mi vida".
Por su parte, el hermano de Ozgur D. ha justificado este mensaje indicando que, en el hospital, se sintió tratado como "culpable" o "asesino" porque no pudo ver a su cuñada, con quien "no tenía ningún problema".
Un amigo de la víctima ha asegurado que tuvo miedo y se sintió coaccionado cuando comenzó a recibir mensajes de Ozgur D. en los que le decía que le estaba quitando a su mujer y a su hijo y le ofrecía dinero por apartarse de ella.
Otro amigo de la mujer ha relatado que en una ocasión se encontraba con María Ángeles R.G. en su vehículo cuando el marido de ella comenzó a perseguirlos e intentó sacar a la mujer por la fuerza, sin conseguirlo porque tenía puesto el cinturón de seguridad.
Un matrimonio amigo de la mujer -del colegio de los hijos- ha expuesto que Ozgur D. acosaba a su esposa, especialmente en los últimos meses antes de la agresión, y han apuntado que la pareja tenía una mala relación.
Otra amiga de la víctima -también del colegio de los hijos- ha afirmado que María Ángeles R.G. tenía miedo de su marido y sospechaba que había ordenado el robo del 29 de mayo de 2012, al tiempo que ha comentado que durante una comida escolar Ozgur D. dijo a varios padres que su mujer estaba muy rara y pidió ayuda para emborracharla para obtener información sobre lo que le pasaba.
Un excompañero sentimental de la madre de la víctima ha detallado que María Ángeles R.G. pasaba los fines de semana en casa de su madre, a la vez que ha estimado que Ozgur D. era "muy pesado", estaba todo el día "encima de su mujer" y se pasaba "horas y horas" debajo de la ventana.
Durante la sesión, el trabajador de un taller mecánico ha relatado que, antes de la agresión, Ozgur D. le dijo que tenía una mancha en una alfombra, por lo que él le dio un producto desengrasante que utilizaban para los suelos en una botella de Fanta.