La primera jornada de huelga de los tripulantes de cabina (TCP) de Ryanair de las diez convocadas por USO y Sitcpla, que transcurrió con relativa tranquilidad, coincidió con retrasos generalizados en España y el resto de Europa por problemas técnicos en el espacio aéreo francés.
Tampoco hubo incidencias en la cuarta y última jornada de paros parciales convocados por CGT en Renfe, pese a la supresión de 210 trenes, y se cumplieron los servicios mínimos declarados por el Ministerio de Fomento, que el sindicato tacha de “abusivos”.
La huelga de los TCP en protesta por los cierres de las bases de Ryanair en Tenerife Sur, Lanzarote, Gran Canaria y Gerona previstos para el próximo 8 de enero, obligó a la “low cost” irlandesa a cancelar seis vuelos (Barcelona-Sevilla, Barcelona-Milán y Madrid-Santiago de Compostela, en ambos sentidos).
Además de informar en su web de las cancelaciones por huelga (seis ayer y ocho hoy), Ryanair comunicó que los problemas en el sistema de control francés podrían generar “largas esperas de hasta 3 horas” para autorizar la salidas de los vuelos o incluso cancelaciones de algunos, especialmente aquellos que vuelan sobre territorio francés.
Servicios mínimos
Los seis vuelos cancelados eran los únicos no afectados por los servicios mínimos y en los que los trabajadores podían hacer huelga. La compañía explicó que los canceló previamente “para evitarse el bochornoso espectáculo de la cola de los pasajeros, pidiendo una recolocación”, según la secretaria de Comunicación y Estudios Sindicales de USO, Laura Estévez.
Sin embargo, los sindicatos aseguraron que la aerolínea suprimió unilateralmente una conexión más Sevilla-Barcelona que figuraba como servicio mínimo y la notificó a Aena como huelga, antes incluso de que llegase la tripulación al aeropuerto, por lo que no fue por incomparecencia o incumplimiento de los trabajadores, y que un vuelo entre Tenerife-Einhoven salió con 45 minutos de retraso.
Los sindicatos además, denunciaron ante la Guardia Civil de Málaga la presencia de más personal de guardia del habitual en la sala de firmas del aeropuerto, sobrepasando los servicios mínimos.
Según estas fuentes, estas vulneraciones del derecho a la huelga se suman a otras medidas de presión de Ryanair como el envío de encuestas a los TCP de algunas bases preguntando si estaban dispuestos a trabajar de forma voluntaria en sus días libres.
Además, en un vídeo enviado a los 1.800 TCP que trabajan en España, el jefe de personal, Eddie Wilson, que ayer se convirtió en el consejero delegado de la compañía, advirtió de que si los paros continúan, se arriesgan a que se adelante el cierre de bases. “Y eso no es lo que tú quieres ni lo que Ryanair quiere”, afirma.