Vimos na anterior entrega que o diario lugués La Idea Moderna / Diario Monárquico celebraba con entusiasmo o acontecido no mitin propagandístico do ‘Comité d’aición galleguista da Hirmandade da Fala’ da Coruña celebrado en Lugo para iniciar a súa campaña de espallamento dos ideais galeguistas. Outro dos diarios, dos cinco que había na cidade nesa altura, El Regional / Diario de Lugo, moito máis escuetamente, valoraba que todos os oradores foran moi aplaudidos, precisando que Villar Ponte “arremetió contra el centralismo y el caciquismo” e que Lugrís “haciendo gala de un fino humorismo, maltrató despiadadamente á los malos gallegos”.
Tamén El Norte de Galicia / Diario Político y de Información / y el de mayor circulación en Lugo y su provincia do día 29 (“Acto importante / ‘Os amigos da fala...’”) falaba de “gran concurrencia a pesar de la hora, que por lo hermoso de la tarde, más convidaba a pasear que a encerrarse en un teatro”, apreciación, como se ve, diverxente da de El Progreso / Diario Político y de Información, “Una tarde de invierno, espléndida... Era además domingo... La gente, ansiosa de las caricias del sol, no acudió en el número que se deseaba”, xa citada.
O cronista deste diario califica o acto de “serio, digno y muy interesante” e considera que “podemos y debemos decir que los propagandistas conquistaron al público y sembraron bien”. Despois de dar dúas notas sobre as intervencións de Villar Ponte e Banet (di que “habló un gallego clásico”, que eu non sei o que quixo dicir con iso) manifesta: “La sorpresa verdadera ha sido la revelación de un orador de cuerpo entero, el joven abogado de Villalba Sr. Peña. Después de oirle no cabe ya decir que el gallego no sirva para producir los grandes efectos oratorios que son los resortes más poderosos parfa mover las almas, [...] Ni la pintura, ni la poesía, ni la música ueven las masas y arrastran a las multitudes como la palabra, y es visto que la palabra gallega proporciona los recursos difíciles y de cordialidad y belleza que llegan a lo vivo de los sentimientos”. Apunta que foi interrumpido con aplausos varias veces, e que, como comprovinciano, o se enorgullecía dese seu “triunfo rotundo, unánime e indiscutible”. Tamén di que Lugrís estivo “superior a sí mismo”, que se ve nel ao orador que “domina al público desde el primer momento, maneja el idioma regional con maestría singular y que está documentado por los cuatro costados”. Lugrís falou do idioma e tamén de Lugo ao que consideraba “cuna de la región”, polo que pediu que a cidade “secundase este movimiento, pues esa sería la garantía del triunfo”. Lugrís acabou propondo que o acto se dirixise ao Presidentge do Consello de Ministros solicitando o ferrocarril de Lugo a Ribadeo por Vilalba e Mondoñedo.
Visto o visto, o cronista estaba convencido de que actos así se repetirían na cidade “al constituírse aquí la Agrupación correspondiente de propaganda del habla gallega”.
E. T.y R. finaliza a súa información indicando que os visitantes retornaron á Coruña no tren das 6 e media e que “dentro del vagón, puestos en pie y descubiertos, cantaron, con el corazón enardecido, el himno a Galicia”.
Poñíalle o ramo ao seu texto formulando unha pregunta: “¿No es verdad, lector, que aunque no pienses así, que sí pensarás, si eres gallego y sientes en tu alma a Galicia, te descubres con respeto ante hombres de esta fe y de este ardor por sus ideales?
No número seguinte o diario aclara que o cronista non fixera alusión á intervención de Correa Calderón, “lamentable omisión” debida a que este entrara no acto cando o “joven escritor” xa falara. De feito, na información do día anterior precisara: “Cuando entramos en el Salón esta hablando Villar Ponte...”.
A información suministrada por El Progreso / Diario Político y de Información do día 30 (“Va contando el repórter / Los de la ‘fala’”) difire substancialmente das dos xornais citados e centrouse fundamentalmente no idioma empregado plos oradores. Así, di que Villar Ponte “Dijo cosas de bastante enjundia, pero quiso acabar pronto [...] y “no llegó hasta donde debía llegar por su fama y por su historia”. Ademais de que “pensaba en castellano y hablaba en gallego”.
Logo accedeu á tribuna “un muchacho alto, delgado, de mirada penetrante”. “Era Peña Novo, de Villalba. Habla gallego como realmente debe hablarse: muy bien, con salpicaduras de palabras castellanas agallegadas...”. “Fué entonces cuando despertaron los espíritus algo adormecidos; fué entonces cuando nos sacudimos la somnolencia, frecuente en las horas de la siesta; fué entonces cuando se apludió con entusiasmo... cuando se empezó a respirar atmósfera de mitin”.
Carballal, sen lle dar ás palabras o calor que, ao seu xuízo, o momento requería fixo un “buen discurso, en buen gallego...”. A Banet imaxínao na súa notaría falándolles aos clientes “en aquel gallego castizo que tan fácilmente manejó duranrte su discurso...”. Di que finalizou Lugrís “Un orador gallego consagrado”.
Ao meu entender o máis interesante do dito neste diario é o comentario final, no que o redactor comenta que ao saír, tivo este diálogo cun amigo que lle comentaba a gracia coa que Lugrís falaba en galego:
-“El caso es que yo, y como yo todos los de mi casa, habitualmente hablamos en castellano; pero cuando contamos un cuento nos gusta más hablar en gallego... Parece que hay escenas que se necesita contarlas en gallego para que tengan gracia. Esos mismos cuentos de Lugrís, dichos en castellano...
-¡Ah! ¿Pero, el gallego no sirve más que para contar cuentos?... ¡Y eso se le ocurre a quien se pasó dos horas en un mitin de los amigos de la ‘fala’...”.
Así estaban as cousas e o labor irmandiño semellaba que ía ter dificuldades.