El Ministerio de Defensa no ha definido aún la hoja de ruta contractual del futuro Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática –BAM IS–, un barco destinado a apoyar operaciones de buceo y para el salvamento y rescate de submarinos que contempla el Plan Estratégico de Navantia para los años 2018-2022.
Así lo han confirmado desde el departamento que dirige Margarita Robles, que todavía no ha tomado una decisión al respecto, es decir, que no descarta emplear una fórmula mixta público-privada para su construcción.
La noticia publicada esta semana por el digital lainformacion.com que apuntaba a que la Armada estaría explorando la posibilidad de contratar con un segundo astillero la fabricación de este buque levantó ampollas en los sindicatos, principalmente en la CGT, que rechazó por completo esta posibilidad en un momento en el que la carga de trabajo, sobre todo en los astilleros de la ría, se enfrentan a un periodo de sequía en las gradas que se prolongará precisamente hasta el año 2022, que es cuando está previsto que comience el corte de chapa de las fragatas de la serie F-110 para la Armada española.
En Puerto Real
El Plan Estratégico de Navantia de 2018-2022 establece que la construcción del Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática se realizará en los astilleros de la bahía de Cádiz, concretamente en Puerto Real. La decisión de contratar con un astillero privado determinados trabajos no afectaría, por lo tanto, a las factorías de la ría de Ferrol, pero fuentes del comité de empresa han señalado en los últimos días que en estos momentos las carencias de ocupación más acuciantes de los astilleros del grupo naval público se encuentran precisamente en los centros de Galicia. La última experiencia, el desarrollo y fabricación de los BAM, fue, de hecho, compartida entre los astilleros de la ría de Ferrol y los de la bahía de Cádiz, rompiendo de ese modo el monopolio que había comenzado una década antes el BAM “Meteoro”. Desde que se puso a disposición de la Armada, se construyeron otros tres –el “Rayo”, “Relámpago” y “Tornado”– hasta 2012, y también el cuarto, el “Audaz”, que fue puesto en grada el mismo día que su gemelo, el “Furor”, construido íntegramente en Navantia Ferrol. Fue la primera vez que la factoría de la ciudad naval asumía un encargo de estas características.
El AOR, no por ahora
Si el proyecto del BAM IS continúa por el momento sin cerrar, la construcción de un buque logístico tipo AOR parece totalmente desechada por la Armada, al menos de momento.
El Ministerio de Defensa confirmó en las últimas horas a este periódico que no hay ningún cambio de opinión ni de criterio con respecto al mes de noviembre pasado, cuando el departamento dirigido por Margarita Robles aseguró que no se contemplaba en los objetivos de capacidades militares 2019-2024 “la necesidad a corto o medio plazo de la obtención de ninguna capacidad adicional a la ya proporcionada por los buques logísticos en servicio”, es decir, los BAC “Patiño” y “Cantabria”. Con estos dos barcos, el Ministerio de Defensa considera que se cubrirán las necesidades “relacionadas con esta capacidad”, al menos hasta 2024.
Sin tiempo
Es precisamente tiempo por lo que no puede esperar el sector naval de la ría. Desde el comité de empresa llevan ya muchos meses advirtiendo de la disminución progresiva de carga de trabajo entre finales del 2019 y a lo largo de todo este año, si bien el momento más crítico, sobre todo en las áreas de producción, llegará a comienzos de 2021. Entonces, la industria auxiliar habrá reducido a mínimos su presencia en el astillero ferrolano, a medida que se vayan concluyendo los trabajos de los AOR para la Marina australiana.
Llenar ese vacío hasta las F-110 es ahora la principal preocupación de los sindicatos y, para ello, el encargo de un buque que ya esté diseñado –el caso del AOR– permitiría dotar de carga de trabajo casi inmediatamente las gradas de la factoría.
Los representantes de la plantilla lo tienen claro y en más de una ocasión han apuntado directamente a la retirada del BAC “Patiño” para poder fabricar su sustituto. Esgrimen, además, que este buque logístico no tiene doble casco, con lo que tendría vetado el amarre en determinados puertos europeos, de ahí la urgencia –que en este caso se combina con la necesidad de ocupación de la plantilla y, sobre todo, de las auxiliares– de construir uno moderno. l