Finalizar entre los 32 mejores arqueros de los Juegos Olímpicos no sirve de consuelo a un Miguel Alvariño que acudía a Río con la clara intención de estar en el podio. Un objetivo para el que el de Pena de Eiriz había trabajado duro, muy duro, y que se esfumó en apenas diez minutos (7-1), los que duró la tirada correspondiente a dieciseisavos ante el coreano Seungyun Lee –duodécimo en el “round” clasificatorio y el “peor” de un combinado asiático que el sábado se había colgado el oro por conjuntos–.
El pontés tiró en esta ocasión en el campo número 1 del Sambódromo e inició este decisivo duelo en segundo lugar, después de un primer tiro del coreano cuya flecha acertó en el nueve. Otro de Alvariño y otro de su rival, seguidos por el primer diez de la jornada –salido del arco del de Espiñaredo– hacían presagiar una igualada contienda. Sin embargo, el diez con el que cerró esta primera entrada el asiático no tuvo respuesta por parte del de As Pontes, que se quedó en un ocho, cediendo el primer set (27-28). Casi incontestable fue la segunda manga de Seungyun con dos dianas y nueve que era casi diez, mientras que, de nuevo e inexplicablemente, Alvariño volvía a alejarse de la zona amarilla, firmando un cuatro y esbozando una sonrisa que transmitía un claro sentimiento de incredulidad, asombro y sorpresa –algo similar le había ocurrido en el “round”, con un nulo y asimismo un cuatro en una de sus entradas–, torciendo por momentos su camino hacia octavos (29-23).
Pero el arquero del Sílex, como en otras ocasiones, supo recomponerse en segundos para hacer frente a un tercer set que consiguió que no fuese el definitivo. De nuevo, la primera flecha salió de su arco para firmar un diez, seguido por otra diana y un nueve –29–, los mismos que logró su rival y que se tradujo en un reparto de puntos (5-1). Tocado, pero parecía que no hundido, Alvariño llegó a la tercera y última flecha con un 19 en su marcador y un 28 en el de su rival tras todas sus tiradas. Un diez –cifra que ya había logrado en casi la mitad de sus tiros previos– lo mantenía vivo. Pero el ocho en el que se estrelló su flecha “ejecutó” asimismo al olímpico de As Pontes (7-1). El sueño en Río había llegado a su fin.
previo
Sin embargo, previamente, Miguel Alvariño ya había dejado “víctimas” por el camino, como fue el francés Lucas Daniel. El discreto inicio del pontés –arrancó el duelo con un ocho– fue solo un espejismo, ya que, en menos de cinco minutos, el deportista de Espiñaredo se había hecho con el triunfo en esta ronda de treintaidosavos de final (0-6) en el Sambódromo de Río.
Una primera victoria jaleada por la numerosa presencia española en las gradas brasileñas, en las que asimismo se pudo oir en la voz del “speaker” de la prueba la condición de vencedor de Miguel Alvariño “from As Pontes de García Rodríguez”, en palabras del encargado de la locución de la prueba. Sin duda un momento mágico en la carrera del local que, posteriormente, quedó deslucido por su prematura eliminación. Un duro golpe para la villa, Ferrolterra y Galicia que veían en Alvariño a un claro candidato a las medallas.