El Intecmar da por superado el episodio tóxico en la ría de Ferrol

El episodio de toxinas lipofílicas que ha mantenido en cuarentena la zona de reinstalación de Punta San Carlos desde el pasado jueves concluyó ayer con el levantamiento del cierre cautelar emitido por el Instituto Tecnolóxico do Medio Mariño –Intecmar– en la tarde de ayer.
De este modo, los más de 4.100 kilos de almeja babosa enviados a depurar a las bateas por los mariscadores de las cofradías de Ferrol y Barallobre la semana pasada superan uno de los dos requisitos necesarios antes de su retorno a las lonjas para su venta. Ahora solo resta que el organismo que dirige Covadonga Salgado confirme que la carga microbiana de ese marisco ha descendido a niveles de zona A, un proceso de depuración que sí completaron –y así se publicó en la web del Intecmar el martes– las pequeñas cantidades de almeja japónica y fina y de ostra que se trasladaron a las bateas al mismo tiempo que la babosa.
Aunque las diferentes especies no comparten jaula de depuración y, por lo tanto, no tienen por qué depurar al mismo ritmo –también influye la cantidad de marisco depositado–, es muy probable que esa autorización se produzca en las próximas horas. Además, cabe la posibilidad de que los pósitos no lo reclamen hasta el próximo lunes, pues, de lo contrario, coincidiría en la subasta con el que se extrae en las zonas libres y, en consecuencia, se reduciría su cotización.
Cabe recordar que, en estos momentos, la almeja que se extrae en las zonas C y se envía de depurar a las bateas se comercializa de media hasta cuatro euros menos el kilogramo que la que se recolecta en las zonas libres, de ahí que las cofradías intenten minimizar en la medida de lo posible el efecto de factores como la venta conjunta.
El episodio de toxinas lipofílicas que afectó a la ría de Ferrol procede de la de Ares, que días atrás estuvo también cerrada a la extracción de moluscos infaunales como la almeja y el berberecho por una “marea roja” de toxina diarreica. n