Los hosteleros han recibido las primeras cartas de autoliquidación de la tasa de terrazas correspondiente al año en curso y se han llevado una desagradable sorpresa. El documento enviado desde la Concejalía de Movilidad Sostenible indica que tanto los que cuentan con licencia como aquellos a los que no se les aprobó la misma o ni siquiera la pidieron tendrán que abonar los recibos correspondientes. Según algunos empresarios, el Ayuntamiento dispone de fotografías para apoyar sus reclamaciones económicas.
“El Ayuntamiento ha impuesto 15 días para hacer los pagos de las cuotas y cada uno tiene que pagar por los metros cuadrados que ocupa y no por los que tiene de espacio de fachada”, explica el presidente de la Asociación de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete. Según comenta, falta por aclarar cómo se compensará a los negocios que paguen de más según la anterior normativa, o si se sancionará a los que no afronten todo el montante.
La situación ha generado un gran malestar entre los empresarios, que se fijan principalmente en los términos del documento recibido. Movilidad cobrará a los que hayan tenido permisos en 2015 y a los que no, aunque previamente hayan sido multados por ocupar la vía pública con mobiliario urbano.
La hacienda local reclama el tributo “al ser titular de una licencia de ocupación, o realizar el aprovechamiento sin tener la oportuna autorización”. En este último caso se dan dos opciones, las de aquellos establecimientos que la demandaron pero fue denegada o el Consistorio ni siquiera la tramitó o el de los ilegales a todas luces por picaresca.
Los hosteleros que la pidieron y no obtuvieron respuesta alguna se quejan de que ahora se les obligue a pagar porque “hay fotos que demuestran si tuviste terraza”. Este es el caso de un gran grupo de establecimientos, que sí sacaron sillas y mesas ante la inacción municipal.
Al margen de que algunos de ellos recibieron las correspondientes multas al ser descubiertos, dicen que el Ayuntamiento dispone de imágenes de distintos días para cobrar una cuota por un derecho que no dio. Son conscientes de que deberán abonar el dinero, pero no ven lógica la persecución municipal y molesta el nuevo formato. “El sistema nuevo implica una autoliquidación del interesado; tienen que cubrir un impreso y eso provoca un trastorno terrible tanto a la asociación como a los socios”, concreta Cañete.
Además, este duro trámite burocrático coincide con el reducido plazo que ha dado el Gobierno local para solicitar los permisos del próximo año, sin que al final se ordenase por calles la zona centro como había planteado el concejal Daniel Díaz Grandío. Es decir, antes del día 15 la agrupación tendrá que haber adjuntado decenas de expedientes de los asociados. “Contábamos con que se iba a organizar por zonas y de repente va todo igual”, recalca Cañete, que hace hincapié en que se comprometieron a aclarar calle por calle como quedaría el centro para luego extender los parámetros al resto de A Coruña.
“Está todo el mundo desesperado”, incide, en referencia a la falta de tiempo para adaptarse y por la existencia de un puente justo antes de la fecha límite.
Si bien es cierto que no ha habido una organización tal y como estaba previsto, en las misivas enviadas a los bares y restaurantes de La Franja la concejalía ha introducido unos mínimos requerimientos personalizados para cada afectado.
un paso para regularse
Conscientes de que cumplir con la ordenanza es lo primero para evitar nuevas sanciones al sector, desde la asociación han presentado en María Pita un documento con tres tipos de mesas y de sillas –así como otros elementos del mobiliario– para que Díaz Grandío las homologue.
La intención es poder especificarlas en las peticiones para que no se les pongan trabas y se aceleren trámites y compras.