“El acidente me sirvió para conocer el cariño de Ferrol”

“El acidente me sirvió para conocer el cariño de Ferrol”
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Uno de los nombres de referencia del mundo del baile en Ferrol, Suso Pérez Lago, acaba de ser distinguido como miembro del Consejo Internacional de la Danza, una organización oficial perteneciente a la Unesco y de la que forman parte 200 países e informa a unos 100.000 profesionales de esta disciplina artística en todo el mundo. Un nombramiento que podría tener interesantes consecuencias tanto para su escuela como para el mundo del baile en Ferrol. Todavía de baja laboral por el accidente sufrido con sus alumnas el pasado mes de mayo, en la presente entrevista, Pérez Lago reflexiona sobre el hecho de ser el primer ferrolano con esta distinción de la Unesco y las ventajas que esto supone. Asimismo, cuenta cómo está su estado de ánimo y físico y las secuelas dejadas por el citado accidente de tráfico.

Explíquenos qué es el CID y cómo se pusieron en contacto con usted para ser miembro.
El CID es el Consejo Internacional de Danza que pertenece a la Unesco. Su objetivo es potenciar la danza en el mundo, independientemente de estilos y países. Tiene sede en París y tiene miembros en 200 países, de los cuales reciben información puntual 100.000 profesionales de todo el mundo. Desde su dirección vieron mi perfil profesional en la red Linkedin, ya que hace tiempo que solicité información sobre sus proyectos y actividades, aunque fueron ellos quienes se puesieron en contacto conmigo este verano. Me pidieron mi currículum desde la secretaría general y, tras estudiarlo, el presidente Alkis Raftis me acaba de comunicar que ya formo parte oficialmente del CID.

¿Qué significado tiene este nombramiento?
Varias cosas, en primer lugar un prestigio y un orgullo para mí y mi escuela, y la posibilidad de llevar el nombre de Ferrol por todo el mundo. En un sentido más práctico, lo pone a uno en contacto con escuelas y proyectos de todo el planeta y con la posibilidad de lograr subvenciones y ayudas de modo más fácil. También puede expender material y certificados de estudios bajo el amparo del CID, presentar trabajos en congresos mundiales, festivales o talleres, recibir todo tipo de productos (libros, DVDs, información laboral, becas, etc). Además, su forma de trabajar es semejante a la nuestra, recomendando llevar la danza a espacios como la calle y sacarla para que le dé el aire. Las ventajas son considerables.

¿Lo son solo para usted?
No, en Ferrol hay varias escuelas y casi todas nos llevamos bien entre nosotros, así que creo que se podrían hacer cosas conjuntamente con más fuerza y posibilidades. Ya las hacemos pero ahora podrían tener más fuerza. Además ahora también existe la posibilidad de fundar una delegación de la CID en Ferrol.

¿Ya tiene algún proyecto en mente a partir de esta membresía en la entidad de la Unesco?
Tengo que ponerme un contacto con la secretaría de la CID para ver qué cosas se pueden hacer. Los contactos coreográficos internacionales que podemos llevar a cabo y las ayudas a las que optamos. Así que ahora comienza un tiempo muy estimulante.

Cambiando de tema, ¿qué recuerdo tiene del accidente de autobús que sufrió el pasado 5 de mayo y cómo es su situación actualmente?
Muy duro, porque sigo de baja y podía haberme quedado en el sitio. Estaba medio dormido y apenas me enteré del impacto, pero el dolor fue tremendo. Las cosas han cambiado desde entonces. Como soy positivo me quedo con la reacción de mis alumnas, de sus familias y, lo que más me sorprendió, de la ciudad de Ferrol. No pararon de llegarme mensajes directamente o través de mi familia, además en una época difícil porque mi madre acababa de fallecer. Me sorpredió la enorme repercusión que tuvo mi situación y me dio un chute de ánimo porque la gente me demostró un cariño que yo desconocía. A veces tienen que pasarte cosas tan desagradables como un accidente en el que estás a punto de quedarte en el sitio, para que tu ciudad te exprese lo que siente por ti. Me quedo con eso porque fue una emoción muy grande que no voy a olvidar en mi vida.

Pero la vida continúa.
¡Claro, claro, y además con mucha fuerza! A finales de octubre comenzamos las clases en nuestra academia y, ya que no puedo dar directamente clase de momento porque sigo de baja, tengo a dos excelentes ayudantes conmigo, Sandra Anca Seoane y María Jesús Formoso Pérez. Aunque en enero espero poder volver a retomar las clases, en principio quiero dedicarme e realizar coreografías, algo más creativo y que no me ate tanto al trabajo físico. Tengo más ganas que nunca pero soy consciente de que debe de ser un trabajo que vaya poco a poco.

“El acidente me sirvió para conocer el cariño de Ferrol”

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