Francia ha cumplido su primera semana de curso escolar en pleno pico de contagios en el país, que ha llevado al cierre por precaución de una veintena de centros tras detectar casos de Covid-19 en su interior.
Diez escuelas cerradas en la Francia continental y otras doce en la isla de La Reunión, sobre un total de 61.500, además de un centenar de clases, ofrecen un balance que los sindicatos reciben con sentimientos encontrados, entre el alivio de haber recuperado cierta normalidad y la preocupación por la incertidumbre.
“El protocolo es demasiado vago y ligero como para permitir que haya una seguridad máxima para todo el mundo”, señala Guislaine David, portavoz y cosecretaria general del sindicato docente SNUipp-FSU.
Esa hoja de ruta apuesta por las garantías sanitarias básicas, como un lavado frecuente de las manos, y la limpieza y ventilación de las aulas y espacios comunes. Aunque insta a respetar la distancia física, esta no es obligatoria cuando no sea posible mantenerla o si es un obstáculo para acoger a todos los alumnos de una clase.
“Queríamos uno más estricto para no encontrarnos en la misma situación que en marzo”, admite la portavoz sindical, que cree que el país no está lo suficientemente preparado como para ofrecer una educación a distancia de calidad ante estos cierres o posibles confinamientos parciales.
Encontrarse con la clausura de algunos centros, en su opinión, era inevitable, y así lo había admitido también el ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, cuando el 26 de agosto presentó el dispositivo previsto para la llamada “rentrée”.
Optimismo y cautela
Los 22 cierres de estos primeros días no son porcentualmente significativos y para asociaciones sindicales como la confederación CSEN invitan al optimismo.
“Los niños han podido ir a la escuela en su conjunto. Esa ha sido la regla general y es mejor llamar la atención sobre que la mayoría ha funcionado bien”, recalca su presidente, Laurent Hoefman, que coincide en que los cursos digitales no pueden ser una solución duradera porque “no hay nada que reemplace la presencia del profesor”.
Padres, alumnos y profesores, a su juicio, se ha adaptado bien a la obligación de llevar mascarilla y al respeto de otras consignas sanitarias marcadas por el Ministerio de Sanidad, aunque reconoce que la mascarilla en una profesión que depende tanto de la exposición oral es un obstáculo para su trabajo.
El primer día del curso escolar, el pasado martes, se habían registrado en las 24 horas anteriores 4.982 nuevos casos de coronavirus en todo el país. El viernes esa cifra había subido a los 8.975, un pico desde el inicio de la epidemia. “Con la vuelta al trabajo y a la actividad, es evidente que en los próximos días habrá un aumento”, señaló ayer en la cadena BFM TV el ministro francés de Sanidad, Olivier Véran, que recordó que el incremento de los test realizados, con un millón esta última semana, permite controlar mejor la evolución de la epidemia.
Véran subrayó que asegurar la educación de los niños es “esencial” y que “aprender a vivir con el virus” significa poder garantizar que van a clase al mismo tiempo que se vigila que no haya un repunte de la epidemia, que obligó a que las autoridades decretaran el confinamiento en Francia del 17 de marzo al 11 de mayo.
Reformas ambiciosas
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y el ministro de Economía y Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, coincidieron ayer en Cernobbio (norte de Italia) en que los países de la Unión Europea (UE) deben presentar planes de reformas ambiciosas para salir de la crisis derivada de la pandemia del coronavirus. Ambos participaron ayer en el Foro de diálogo Ambrosetti, que se celebra en la ciudad de Cernobbio, y expusieron algunas de las medidas urgentes que sus países necesitan.
En el foro también se encuentran otras personalidades como la vicepresidenta tercera y ministra española de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, o el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni.
“El verdadero desafío es afrontar los problemas estructurales que han impedido que Italia crezca” en los últimos años, destacó Conte, que celebró que el país pueda disponer de más de 200.000 millones de euros de los 750.000 millones con los que estará dotado el Fondo de Recuperación de la Unión Europea.
Para obtener estas ayudas, los países europeos deberán presentar antes de finales de octubre un primer borrador con una lista de reformas que la Comisión Europea estudiará. l