Un vecino de Carballo (A Coruña) ha sido condenado a abonar 480 euros de multa por un delito de desobediencia al haber sido identificado dos días seguidos mientras fumaba en las inmediaciones de un centro comercial de la localidad bergantiñana.
La sentencia ha sido emitida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Carballo, que también ha condenado esta semana al pago de otra multa, en este caso de 360 euros, a otro hombre que acudió en repetidas ocasiones al cuartel de la Guardia Civil de Carballo para reclamar a los agentes la devolución de un perro que no era de su propiedad.
En ambos casos, los condenados han sido culpados de un delito de desobediencia grave a agentes de la autoridad por incumplir la orden de confinamiento que marca el Estado de Alarma decretado como consecuencia de la crisis sanitaria del COVID-19.
El primero de los condenados fue identificado por una patrulla de la Guardia Civil el pasado martes 24 de marzo en las inmediaciones del Centro Comercial Bergantiños de Carballo. Se encontraba en la calle sin justificación fumando un cigarrillo, por lo que los agentes procedieron a formular una sanción administrativa.
Al día siguiente, el ahora condenado fue descubierto en el mismo lugar y misma actitud. Los agentes procedieron a formular una nueva sanción y lo invitaron a regresar a su casa, a lo que el condenado se negó en repetidas ocasiones.
"Puedo estar en la calle si quiero y voy a fumarme un pitillo", replicó a los agentes, según recoge la sentencia emitida por el juzgado tras la celebración de un juicio rápido.
Por su parte, el segundo de los condenados es un hombre de 55 años que se presentó varios días consecutivos ante el cuartel de la Guardia Civil de Carballo para exigir la devolución de un perro que no era de su propiedad y que había intentado regalar días antes sin el consentimiento de su legítimo dueño.
Así, en la sentencia, el juzgado determina que el pasado lunes 23 de marzo, el condenado se encontraba en las inmediaciones de un supermercado de Coristanco "supuestamente con la intención de regalar a la persona que lo quisiera una perrita de raza caniche".
Una persona se llevó al animal que, según pudo saber días después la Guardia Civil, no pertenecía al ahora condenado, que había regalado la perra a espaldas de su legítimo dueño, al que fue devuelta la caniche a través de al intervención de la Benemérita.
A raíz de esto, el condenado se presentó durante tres días consecutivos en el cuartel del Instituto Armado en Carballo para exigir la devolución del animal. Incluso, según recoge la sentencia, llegó a portar carteles "con alusiones a que la Guardia Civil le había quitado un perro y no quería devolvérselo".
Los agentes instaron al individuo a abandonar la calle y regresar a su hogar, a lo que se negó el condenado, que fue arrestado en ese momento. Ahora, deberá abonar una multa de 360 euros por un delito de desobediencia.