El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, abandonó airadamente ayer la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social de España tras el Covid-19 a modo de protesta después de que el vicepresidente de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, dijera que a su partido “le gustaría dar un golpe de estado”.
Iglesias lanzó esta idea cuando contestaba al portavoz del PP, Mario Garcés, quien le había pedido cuentas por el apoyo de Unidas Podemos a que el ex presidente de la Generalitat catalana Carles Puigdemont, huido de la Justicia española, fuera citado como experto por la comisión para ilustrar al Congreso sobre cómo afrontar la reconstrucción del país.
Iglesias subrayó que él está “dispuesto a dialogar con cualquiera”, incluido Puigdemont. Lo mismo, abundó, le sucede con los dirigentes de Vox, con independencia de la opinión que pueda tener sobre ellos, y de que “parezca que están más cerca de querer dar un golpe de Estado que de proteger la democracia española”.
El comentario solviantó a Espinosa de los Monteros, quien exigió al presidente de la comisión, el socialista Patxi López.
“Ha dicho que parece, no que vaya a dar un golpe de Estado”, precisó López, para quien en Vox tienen “la piel muy fina”. En cualquier caso, López preguntó a Iglesias si quería rectificar su comentario, lo que el vicepresidente, lejos de retractarse, aprovechó para hacer una precisión.
“A Vox le gustaría dar un golpe de estado, pero no se atreven, porque para eso, además de desearlo y pedirlo, hay que atreverse”, apostilló Iglesias.
El enfado de Espinosa de los Monteros fue a más y se levantó de su asiento mientras acusaba a Iglesias de estar ofreciendo un “espectáculo lamentable” que él no estaba dispuesto a “tolerar”. También su compañera de grupo, María Ruiz Solas se puso a recoger su cosas para levantarse.
“¿Y en qué se traduce que usted no lo vaya a tolerar?”, le preguntó Iglesias antes de despedirle con un “cierre la puerta al salir”.
La Comisión vivió también un segundo episodio de tensión, esta vez entre el diputado y secretario general del PCE, Enrique Santiago, y el presidente de este órgano parlamentario, Patxi López, a cuenta de una acusación previa de una diputada de Vox.
Comparecía la vicepresidenta tercera del Gobierno, Nadia Calviño, momento que aprovechó Cañizares para agradecer su presencia en el Ejecutivo, ya que es “el dique de contención frente a los pirómanos comunistas”.
Al terminar esta intervención, Santiago tomó la palabra para denunciar esa expresión, que tachó de “algo muy grave”.
Patxi López no le permitió hacer uso de la palabra porque, al ser vicepresidente de la Comisión y formar parte de su Mesa, no puede intervenir en respuesta a declaraciones previas de otros parlamentarios.
El presidente de la Comisión, visiblemente airado, dio un golpe en la mesa, aunque luego se disculpó por su comportamiento.