El vicepresidente primero de la Xunta, Alfonso Rueda, espera “evitar” un cierre completo de la hostelería en toda Galicia para hacer frente a la pandemia y aboga por “graduarla e intentar causar el menor perjuicio posible”.
“Yo espero no tener que tomar esta medida”, aseguró ayer Rueda en una entrevista en la Radio Galega, en la que sin embargo reconoció que “si las cifras sanitarias lo indican, no quedaría más remedio” aunque “siempre buscando, por lo menos, un mínimo funcionamiento” de los locales.
Así lo expresó el número dos de la Xunta dos días después de la entrada en vigor de medidas más duras en toda la geografía gallega, avaladas por el comité clínico. Desde el viernes, la hostelería cierra en toda Galicia a las 18.00 horas y, en aquellos lugares en nivel máximo de restricciones, solo puede servir en la terraza.
Vigo y Pontevedra son dos ciudades en las que estos establecimientos todavía pueden atender a clientes en su interior, pero Rueda advirtió que “todo indica” que, si suben los contagios, puedan pasar a las limitaciones máximas esta semana. Así, Lugo sería la única de las siete ciudades con restricciones generales.
El vicepresidente primero de la Xunta reconoció que la comunidad gallega pasa ahora por un “momento muy complicado” con respecto a la pandemia, lo cual justifica que “se tomen medidas y restricciones tan duras” y se le pida “ese esfuerzo a la población”
Según los cálculos del número dos, las próximas “dos o tres semanas” probablemente “seguirán siendo complicadas”.
No obstante, pese al panorama en Galicia, valoró que la situación es “mucho menos” grave que en otras regiones “desde el punto de vista de la presión hospitalaria, que es lo que debe preocupar”.
Preguntado sobre la posibilidad de decretar un confinamiento total de la población como ocurrió en la primavera del 2020, Rueda lo descartó para la Comunidad gallega, pero sí que reclamó al Gobierno estatal que “habilite herramientas legales” para aquellas autonomías que “quieren endurecer aún más las medidas”.
En este sentido, el vicepresidente gallego aprovechó para criticar la negativa del ministro de Sanidad, Salvador Illa, a permitir los confinamientos. “Entenderá que no me merece demasiada confianza la posición del Gobierno. Primero, porque la ha rectificado sobre la marcha muchas veces. Segundo, porque la cogobernanza en la práctica ha sido dejación de funciones, un poco sálvese quien pueda”, señaló.
No obstante, confía en evitar un aislamiento social “completo” en Galicia y aseguró que “la situación, a día de hoy, desde luego está muy lejos” de este extremo.
Más abierto se mostró a adelantar el toque de queda, actualmente en las 22,00 horas, algo que el Ministerio sí está dispuesto a estudiar. “Veremos cómo evoluciona la situación epidemiológica. Ojalá no sea necesario, pero sí sería una posibilidad que permitiría evitar el confinamiento total”, explicó el vicepresidente.