De los suevos a nuestros días

Juan y Domingo, dos jubilosos jubilados colegas de gimnasio, tienen dos claros intereses: la historia y el fútbol. Como este Deportivo  no da para muchas alegrías, buceamos en las glorias pasadas. Los suevos, nos informa wikipedía llegaron hasta aquí a principios de los cuatrocientos y formaron el reino de Gallaecia, considerado el primer reino-estado de Europa. 

De los vándalos y alanos tenemos menos noticias pues prefirieron buscarse otro clima .Ya por aquel entonces no nos trataban muy bien por ahí fuera pues nos señalaban así: en el lejano Oeste hay un estado analfabeto donde no se siente nada salvo los vientos de tormenta” y ya se quejaba el historiador Xoan Bernárdez Vilas de que “nos tuvieron marginados en la cultura de España”. Vaya hombre, la historia se repite. Pasemos de suevos, vándalos –algunos aún siguen por aquí – y alanos,  para detenernos en la España de las autonomías, donde se establecieron dos “rangos”: las históricas y las otras. 

Las primeras, Galicia, Euskadi y Cataluña formaron en 1923 Galeusca. Imaginamos que como un contrapoder frente a una administración centralista. Y aquí y ahora el personal se pregunta ¿cómo estamos? La respuesta no está en el viento sino en la comparación entre las tres autonomías, leídos los estatutos, comparadas las competencias, repasado la renta per cápita de cada una, sus infraestructuras y un larguísimo  etcétera que no quiero aburrirlos, vale con este ejemplo: hace 25 años (El Ideal, el jueves) muestra una foto donde los gallegos nos manifestamos “pola defensa dos camiños de ferro na Galiza”. 

Y es que ir a Ferrol en tren es como para no volver nunca jamás. De los servicios de salud no les hablo pues el penúltimo caso acabó con una esquela, pues no llegó la ambulancia.

Y ¡claro que en Galicia llueve!, como nos recordó el editorial del pasado martes y  de ahí  eso de “mexan por riba de nos ¿vás dicir  que chove”, que así rezaba la pancarta que portaban los indignados con Renfe.  Por eso, porque llueve,  hay limpiar las canalizaciones y las redes pluviales, esas obras que no se ven, y por tanto no se padecen, pero que significan un calvario año tras año. Ciertamente no son “vistosas” pero son a lo largo del tiempo imprescindible. Problemas más comunes como la carga y descarga –con unas normas que casi nadie cumple–, y otros pecadillos como el tráfico, el cuidado de parques, etc. Y es que aún hay muchos vándalos. 

De los suevos a nuestros días

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