Somewhere, over de rainbow...

staba a punto de empezar a teclear unas letras para hablarles de la hipótesis fundamental sobre la teoría de cuerdas, porque yo chano muchísimo en física teórica. Me imagino que eso es lo que se supondrán nada más verme en esa minúscula foto sonriente y con gafas de sol. Pues decía que en esas estaba cuando, de pronto, antes de posar los dedos sobre el teclado, empecé a oír un ruido parecido a un murmullo de fondo pero con bastante resonancia. Como yo soy una gallega que hace honor a su procedencia pensé: “eso es lluvia”. Pero casi no me lo podía creer, porque el cielo estaba bastante azul y entraba luz a raudales. Pues sí, estaba lloviendo y con todas sus ganas, ¿eh? Así que pensé en la feliz idea de que seguramente en algún punto del cielo habría salido un arcoíris, a pesar de que desde mi ventana no se atisbaba y con bastante probabilidad alguien podría estar disfrutando de verlo.
La idea quizá suene un tanto cursi o ridícula, pero es que dentro de este corazón helado que llevo dentro del pecho, los arcoíris siempre me han parecido algo precioso que enternece hasta a la más dura. 
El hecho de pensar que aunque yo no lograse verlo, otra persona con una casa orientada de manera diferente sí pudiese hacerlo, me hizo pensar en lo azarosa que es a veces la vida y lo empecinados que estamos en muchas ocasiones los seres humanos, creyéndonos el ombligo del mundo y pensando que nuestra visión, literal o metafórica, es la única verdadera. Y nada más lejos de la realidad, porque el mundo es poliédrico y en muchos casos las cuestiones que nos enfrentan son opinables, así que luchamos en vano contra otro por ganar una razón, que sólo con lo que nos cuesta conseguirla, ya nos la hace perder. Por necios. 
Entonando el mea culpa, he de reconocer que soy muy vehemente y peleo a veces hasta la saciedad en torno a un tema cuando quizá debería dejarlo correr si no es algo capital para la vida, las relaciones o la convivencia. Luego me pregunto que por qué me come la ansiedad. Pues por intensa, Irene, por intensa... En fin, dado este lance de reflexión y buena vibra estoy por apuntarme a clases de yoga porque a ver en qué otro momento me pillo yo a mi misma tan zen. Ooooooooohhhhhhhhhmmmmmm...

Somewhere, over de rainbow...

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