El alcalde 2.0 confirma su pasión por la marginalidad

EL coruñés que gobierna Santiago, Martiño “2.0” Noriega, aseguró en su momento que los okupas de Eskarnio y Maldizer eran hombres santos. El juez acababa de desahuciarlos de su guarida de la Algalia y ellos demostraron lo acertado que era el juicio del alcalde quemando contenedores y atacando con palos, piedras y bolas de acero a la Policía. Para colmo salió a defenderlos Xan Duro –¡qué apellido más apropiado para el caso!–, concejal de Convivencia, nada más y nada menos que de Convivencia, que insistió en que su comportamiento fue siempre modélico... Pues bien, a esos tipos cultísimos, educadísimos, vamos, auténticos filántropos que se desvivían por desasnar a los zotes y dinamizar el barrio, les han salido unos clones igual de brutos que se dedican a hacer pintadas en la catedral. El PP llevó al pleno una propuesta para instalar cámaras de seguridad en el entorno del templo para acabar con los neoartistas rupestres, pero el voto de calidad de Noriega impidió que saliese adelante. ¡Qué desgracia tienen los compostelanos con que a su alcalde le apasione la marginalidad!

El alcalde 2.0 confirma su pasión por la marginalidad

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