World Vision recordó, coincidiendo con el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil que se celebrará el 12 de junio, que 160 millones de niños son explotados en el mundo y casi la mitad realizan labores peligrosas.
La crisis del covid y los fenómenos meteorológicos adversos provocados por el cambio climático están profundizando en la pobreza en muchas áreas del planeta, agravando las situaciones de explotación infantil.
En una de las prácticas en las que puso el foco World Vision figura la creación de productos de belleza donde los niños se ven obligados a trabajar en condiciones peligrosas y a veces con riesgo de muerte para recolectar ingredientes de cosméticos.
Según indica el informe realizado por la organización –‘El alto precio de la belleza: Explotación infantil en la cosmética mundial’–, puede que los “productos libres de crueldad no incluyan pruebas con animales, pero es probable que si tengan ingredientes obtenidos mediante el trabajo infantil”.
Por ello, la ONG pide que se mejore la trazabilidad y la legislación sobre la cadena de suministro, de modo que ningún niño renuncie a su infancia por trabajos peligrosos y advierte de que a menos que las empresas examinen “rigurosamente” sus cadenas de suministro y los gobiernos amplíen las redes de seguridad social y la escolarización, “es probable que 140 millones de niños sigan trabajando en 2025”.
“En las minas ilegales de la India y el Congo, los niños mueren en pozos mineros derrumbados mientras excavan en busca de minerales para estos productos”, explicó Eloisa Molina, directora de Comunicación de la entidad.
Asimismo, la organización advierte de que las crisis provocadas por el cambio climático y el covid empeoraron la situación de trabajo infantil. La pobreza es la principal razón por la que los niños se ven obligados a trabajar, perpetuando un ciclo aplastante que les niega la educación, una herramienta crucial para salir de la pobreza.
Según la OIT, aproximadamente el 70% de los niños que trabajan lo hacen en la agricultura. Otros trabajan largas horas en fábricas y en el servicio doméstico, o se enfrentan a formas de trabajo aún más explotadoras, como niños soldado o el comercio sexual.
En el África subsahariana, factores como el crecimiento demográfico y la pobreza extrema añadieron 16,6 millones de niños al trabajo infantil en los últimos años. Unicef y la OIT subrayaron que las repercusiones mundiales del covid y de los fenómenos meteorológicos extremos podrían amenazar a millones de niños.
“En World Vision, nos esforzamos por acabar con el trabajo infantil en todas sus formas y en ayudar a equipar a las comunidades para una transformación a largo plazo. Junto con los padres y las comunidades, apoyamos la creación de entornos protectores, trabajando por un mundo en el que el futuro de ningún niño ni niña sea robado por la explotación laboral”, concluyó Eloisa Molina.