Anabel Alonso ha demostrado que la tenacidad es uno de sus fuertes, porque ha pasado por tres ediciones de “MasterChef” hasta hacerse con el título de ganadora en la edición de celebridades Especial Navidad, que concluyó anoche en La 1. La actriz, que ha provocado no pocas risas en el programa, asegura que nos falta sentido del humor.
Polémica en sus comentarios en redes sociales, lamenta que “ahora todo siente fatal” y afirma, en una entrevista con EFE, que “falta sentido del humor y sobra tener la piel tan fina”.
Al concurso televisivo Alonso (Baracaldo, Vizcaya, 1964) aportó su dosis, como lo hizo la Terremoto, con quien compartió final e irá al curso en el Basque Culinary Center de San Sebastián. “Habrá documento gráfico”, promete.
Se muestra tajante cuando se le pregunta por la última polémica que ha salpicado al programa, a raíz de las acusaciones de Patricia Conde, que habló de manipulación de las pruebas y consumo de drogas durante las grabaciones: “Yo no he visto nada de eso”.
Ella ha disfrutado de una participación que se ha preparado a conciencia para dejar atrás el papel de “retal” o “restos del naufragio” que compartía con Bibiana Fernández, quien la acompañó incluso en forma de figura troquelada después de ser eliminada.
“Lo increíble es ver cómo si uno se prepara, trabaja y le dan la oportunidad de volver a intentarlo, puedes conseguir cosas que no pensabas. Estoy muy satisfecha del trabajo y del progreso. No hay que perder la esperanza, hay que insistir. Si no sale a la primera, saldrá a la segunda o a la tercera”, cuenta.
Clases y vídeos de cocina la llevaron hasta un menú final que preparó con Toño Pérez, del triestrellado Atrio (Cáceres). “Cuando pasó por uno de los programas, le propuse que me ayudara; yo le expuse mi idea de mostrar mis vivencias, y él y su jefe de cocina, Alberto montes, la llevaron a cabo con una maestría absoluta”.
Ellos idearon el menú, y Anabel Alonso lo cocinó de forma que con su homenaje a sus raíces salmantinas, a su origen vasco y a Argentina, de donde proceden su madre y su pareja, entusiasmó al jurado formado por Samantha Vallejo-Nágera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, al que se añadió Pedro Subijana, del triestrellado Akelarre (San Sebastián).
Nunca le atrajo la cocina hasta pasar por “MasterChef”. “Es como un truco de magia, pero cuando sabes los entresijos, te depara muchas sorpresas”, dice.
Se siente muy satisfecha de su elaboración a base de manzana, el regalo envenenado de Cayetana Guillén Cuervo que le devolvió en forma de turrón, aunque descarta la palabra venganza y habla más de estrategia. “Me pareció lógico que me lo diera a mí, yo era la más fuerte, y ese el plato más complicado; me pareció una filosofía adecuada que luego apliqué, pero fue ella quien tuvo la idea”, detalla.
Aunque se declara más devota de la cocina tradicional, admite que la alta cocina le resulta “muy divertida” por lo que supone de experimentación, de forma que está dispuesta tanto a repetir el menú que le dio el título de ganadora de “MasterChef” como a cocinar arroces -su especialidad-, solomillo Wellington o el ya famoso entre sus conocidos “lemon pie”. La ganadora dedicó los 25.000 euros del premio a la Fundación Pequeño Deseo, que lucha para ayudar a los niños con enfermedades incurables, porque ella, que perdió a dos hermanos siendo pequeña y ha sido madre, quiere apoyar una labor que ayuda tanto a infantes como a progenitores.
En cuanto a su carrera profesional, compagina su trabajo en la serie televisiva “Amar es para siempre” con la preparación de su papel de la Celestina, en una obra que se estrenará en Santander a finales de abril.