Saber leer la etiqueta del protector solar es fundamental para proteger la piel y mantenerla sana
Entender símbolos y palabras es decisivo para realizar una elección informada, y marca la diferencia entre una protección eficaz o una exposición al riesgo
El protector solar es clave en el día a día para proteger nuestra piel del sol. Pero para que funcione bien, es importante entender lo que dicen sus etiquetas. Cada símbolo y palabra proporciona información fundamental para cuidar la piel.
El SPF (Factor de Protección Solar) es, quizás, el indicador más conocido. Este número se refiere específicamente a la protección contra los rayos UVB, responsables de las quemaduras solares y, en gran medida, del cáncer de piel. Un SPF 30, por ejemplo, significa que la piel tardará aproximadamente 30 veces más en enrojecerse de lo que lo haría sin protección.
Es importante destacar que ningún protector solar bloquea el 100 por ciento de los rayos UVB. Las categorías de protección en Europa suelen clasificarse de la siguiente manera:
Protección Baja: SPF 6 a 14
Protección Media: SPF 15 a 29
Protección Alta: SPF 30 a 50 (recomendado)
Protección Muy Alta: SPF 50+ (recomendado)
Protección de amplio espectro: más allá de las quemaduras
Más allá de los UVB, los rayos UVA también son un enemigo silencioso, contribuyendo al envejecimiento prematuro de la piel y al desarrollo de cáncer. Por ello, es fundamental elegir un protector solar de "amplio espectro".
Esto significa que ofrece protección tanto contra los rayos UVB como contra los UVA. En la etiqueta, esta protección UVA se indica a menudo con un círculo alrededor del símbolo "UVA", garantizando que la protección UVA es al menos un tercio de la protección UVB.
En algunos productos, especialmente los asiáticos, se utiliza el sistema de clasificación PA (Protection Grade of UVA), que va desde PA+ (poca protección) hasta PA++++ (protección muy alta). Además, algunas formulaciones avanzadas también protegen contra la luz visible de alta energía (HEVL o luz azul) y la radiación infrarroja (IR-A), que pueden influir en la pigmentación de la piel y la sensación de calor.
Resistencia al agua y sudor: no hay protectores "impermeables"
Es un mito que los protectores solares son "impermeables". Lo correcto es hablar de resistencia al agua. Los productos etiquetados como "resistentes al agua" mantienen su efectividad durante 40 minutos en el agua, mientras que los "muy resistentes al agua" (a veces asociados con la etiqueta "sport") lo hacen durante 80 minutos.
Sin embargo, es crucial reaplicar el protector solar cada dos horas, o inmediatamente después de nadar o sudar intensamente, para mantener una protección óptima.
Tipos de filtros solares: físicos vs. químicos
Los protectores solares contienen diferentes tipos de filtros para proteger la piel:
Filtros físicos (o minerales): contienen óxido de zinc y/o dióxido de titanio. Estos minerales actúan creando una barrera física sobre la piel que refleja los rayos UV. Son una excelente opción para pieles sensibles, bebés y personas propensas a alergias, ya que son menos irritantes.
Filtros químicos (u orgánicos): absorben la radiación UV y la transforman en calor, liberándola de la piel. Ingredientes como la avobenzona y la oxibenzona son comunes en este tipo de protectores. Muchos productos combinan ambos tipos de filtros para ofrecer una protección más completa.
Filtros biológicos: son de origen natural, como flavonoides, polifenoles o extractos de plantas, que complementan la protección y suelen tener propiedades antioxidantes.
Etiquetas adicionales y su significado
Al revisar la etiqueta del protector solar, se pueden encontrar otros datos importantes:
PAO (Period After Opening): representado por un símbolo de un tarro abierto con un número y la letra "M" (por ejemplo, "12M"), indica los meses durante los cuales el producto mantiene sus propiedades una vez abierto.
"Ocean Respect" o "Reef Safe": señalan formulaciones diseñadas para minimizar el impacto en el ecosistema marino, evitando ingredientes dañinos para los corales.
"Oil Free": ideal para pieles grasas o con tendencia acnéica, indica que el producto no contiene aceites que puedan obstruir los poros.
"Hipoalergénico": aunque este término no siempre está regulado de forma estricta, sugiere que el producto ha sido formulado para reducir el riesgo de reacciones alérgicas. Para pieles muy sensibles, es recomendable buscar protectores con filtros minerales y sin fragancias.
Lista de ingredientes (INCI): los ingredientes se enumeran en orden decreciente de concentración. Conocerlos puede ser útil para identificar posibles alérgenos o componentes específicos.
Símbolos de reciclaje e inflamabilidad: informan sobre el correcto desecho del envase y, en el caso de aerosoles, advierten sobre la inflamabilidad del producto.
Normativa y recomendaciones importantes
En España, la regulación de los protectores solares se rige por el Real Decreto 1599/1997 y por normativas europeas, considerando estos productos como cosméticos. Además, existen normas técnicas estandarizadas (como ISO 24444 para SPF e ISO 24443 para UVA) que garantizan la veracidad de lo indicado en las etiquetas.
Recomendaciones clave:
Evitar protectores solares con repelente de insectos: sus necesidades de reaplicación son diferentes, lo que podría llevar a una sobreexposición al repelente o a una subprotección solar.
No confiar en días nublados o en las caracterísitcas propias de la piel: la radiación UV traspasa las nubes y todas las pieles necesitan protección, independientemente de su fototipo.
Textura según la piel: cremas para pieles secas, emulsiones o geles para grasas/mixtas, y sprays o brumas para una aplicación rápida y cómoda, incluso sobre el maquillaje.
¿Qué producto eligir según el tipo de piel?
Cuando se trata de proteger la piel del sol, el mercado ofrece un abanico de opciones. Desde las estanterías de los supermercados habituales o las tiendas de cosméticos, hasta marcas con una filosofía más artesanal y ecológica, la variedad puede ser abrumadora. Pero, ¿cómo saber cuál se ajusta mejor?
Los protectores solares disponibles en supermercados y perfumerías suelen seguir las normativas europeas y presentan información estandarizada para el consumidor. Las características más comunes en sus etiquetas son:
Factor de Protección Solar (SPF): indican el nivel de protección contra los rayos UVB. Se clasifican en categorías como baja (SPF 6-14), media (SPF 15-29), alta (SPF 30-50) y muy alta (SPF 50+).
Protección de amplio espectro (UVA/UVB): la mayoría incluye protección tanto para rayos UVB como UVA. La protección UVA se suele señalar con un círculo alrededor de las letras "UVA". Algunos productos asiáticos o específicos pueden usar el sistema PA (+ a ++++) para indicar la protección UVA.
Resistencia al agua: se especifica si el producto es resistente al agua (40 minutos) o muy resistente al agua (80 minutos). Es importante recordar que ningún producto es completamente "impermeable".
Instrucciones de uso y reaplicación: detallan la cantidad recomendada para aplicar y la frecuencia de reaplicación (generalmente cada dos horas o después de bañarse/sudar). También suelen incluir precauciones de uso y pictogramas (como evitar la exposición en horas pico o no exponer a bebés al sol).
Tipo de piel: a menudo sugieren su idoneidad para pieles secas, grasas (con la etiqueta "Oil Free") o sensibles (con indicaciones como "hipoalergénico" o "sin fragancia").
Filtros solares: pueden contener filtros químicos, físicos o una combinación de ambos. La lista de ingredientes (INCI) detallará los componentes específicos.
Fecha de caducidad y lote: incluyen la fecha de vencimiento y el número de lote para la trazabilidad y seguridad del producto.
Símbolos adicionales: pueden mostrar el símbolo PAO (Period After Opening) que indica la durabilidad del producto una vez abierto, así como el símbolo SIGRE para el reciclaje del envase.
Certificaciones: algunos productos pueden destacar sellos de aprobación de organismos como la FDA (en EEUU) o la EMA (en Europa), aunque esto no es universal en todos los envases de supermercado.
Rendimiento: estudios de organizaciones como la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) han señalado que algunas marcas de supermercado pueden no alcanzar el SPF anunciado en pruebas de laboratorio.
Amalgama Silvestre: protector solar de origen gallego, ecológico, respetuoso
El protector solar de Amalgama Silvestre se posiciona como una alternativa con un enfoque en lo natural, ecológico y el respeto por el medio ambiente. Sus etiquetas y descripciones destacan las siguientes características:
Protección: ofrece una protección muy alta (SPF50), testada por laboratorios independientes. Se especifica que utiliza filtros físicos sin nanopartículas (óxido de zinc y dióxido de titanio NO NANO), lo que lo hace "Ocean Safe" o "inocuo para los ecosistemas marinos".
Triple Acción: más allá de la protección solar, el producto se promociona por su triple acción: alta protección solar, antioxidante y regeneradora de la piel.
Ingredientes: sus ingredientes son naturales, ecológicos y de cercanía. Destaca el uso de agua termal de Sabaxáns (Pontevedra), cera de abejas de productores locales, y extracto de alga gallega Kombu. Está libre de parabenos y derivados del petróleo. En su INCI se mencionan ingredientes como C13-15 Alkane (de fermentación de caña de azúcar), emulsionantes derivados de semillas de lino y aceite de ricino, glicerina y propanodiol (humectantes vegetales), entre otros.
Público: está formulado para toda la familia, apto incluso para bebés a partir de los 6 meses y para pieles delicadas.
Certificaciones ecológicas: posee certificaciones como Bio Inspecta, y se mencionan sellos como el "Sello Ambiental Austriaco" y la "Etiqueta Ecológica Europea", lo que valida su compromiso con los estándares ecológicos y de sostenibilidad.
Sostenibilidad y diseño: la empresa subraya su respeto por la naturaleza, el uso de ingredientes de cultivos sostenibles, ser vegano certificado y no testado en animales. Además, el envase es una lata de aluminio reutilizable, siguiendo principios de "ecodiseño".
Aplicación: las recomendaciones de aplicación son similares a las de otros protectores: aplicar 15 minutos antes de la exposición, reaplicar cada dos horas o después de sudar/nadar.
Textura: se describe como una crema de textura fácil de aplicar y muy sensorial.
Mientras que los protectores habituales ofrecen una protección fiable y son de fácil acceso, el producto de Amalgama Silvestre está dirigido a consumidores que buscan una solución solar más transparente, sostenible y producida éticamente.
¿Conveniencia y precio accesible, o ingredientes naturales, certificaciones ecológicas e impacto ambiental reducido? La elección final dependerá de las prioridades del consumidor.