Día Mundial de la Endometriosis: una enfermedad que afecta a las mujeres y que tarda ocho años en diagnosticarse

Día Mundial de la Endometriosis: una enfermedad que afecta a las mujeres y que tarda ocho años en diagnosticarse
El dolor menstrual y la endometriosis afectan a muchas mujeres I ARCHIVO

El sesgo de género en la medicina existe y perjudica a las mujeres. Se define como la “prestación de asistencia médica de forma inapropiadamente distinta o similar en base a la evidencia científica disponible a mujeres y hombres”, según las investigadoras Elisabet Tasa-Vinyals, Marisol Mora Giral, Rosa María Raich. Es decir: el diseño y abordaje de la medicina y de todos los temas relacionados con la salud desde un punto de vista androcéntrico, que toma como modelo y referente el cuerpo de los hombres y luego lo extrapola a las mujeres.

 

Este sesgo influye en las enfermedades mayoritaria o completamente femeninas, como la endometriosis. Esta dolencia está definida por la Organización Mundial de la Salud como "una enfermedad caracterizada por el crecimiento, fuera del útero, de un tejido similar al revestimiento del útero, lo que provoca dolor, infertilidad o ambos". Los datos de la OMS hablan de una incidencia de en torno al 10 % de las mujeres y niñas en edad reproductiva en todo el mundo, es decir: 190 millones de personas. 

 

Según datos del Ministerio de Sanidad, el diagnóstico de esta enfermedad, que causa fuertes dolores menstruales por el crecimiento anormal del endometrio, se demora de media entre siete y ocho años. Siete u ocho años de media solo por el diagnóstico. ¿Y por qué? Por el sesgo de género y la visión prototipada de la salud: desde pequeñas pensamos, y se encargan de recordárnoslo, que lo normal es que la regla duela, cuando no es así. 

 

Según datos del Ministerio de Sanidad, el diagnóstico de esta enfermedad, que causa fuertes dolores menstruales por el crecimiento anormal del endometrio, se demora de media entre siete y ocho años

 

Una de las mayores expertas en esta enfermedad es la sexóloga Irene Aterido, que divulga a través de redes sociales todas las cuestiones relacionadas con el ciclo menstrual. Define la endometriosis como "la enfermedad de las silenciadas": "No es la enfermedad del silencio. Silencio para quien no quiera escuchar el clamor de una de cada ocho mujeres que sufre de endometriosis y adenomiosis. Es la enfermedad de las silenciadas", explica en su perfil de Instagram, @meduelelaregla. 

 


 

Para Paloma Alma, experta en menstruación y divulgadora, la endometriosis sigue muy oculta: “Todavía hay una parte muy machista, muy heteropatriarcal, en la figura del médico: un tío que lo sabe todo. Si una persona que no tiene acceso a otro tipo de información va a dar con un profesional desinformado o desactualizado que le dice que la única solución para su dolor menstrual es tomarse una píldora anticonceptiva, se lo va a creer. Muchas mujeres van a ginecología con dolores menstruales muy fuertes y les dicen que es lo normal, que es lo que tienen que aguantar. Si no das con alguien que sepa lo que es la endometriosis, no piensas que pueda haber otra posibilidad. Las mujeres necesitamos todas las herramientas y tomar parte en nuestra salud”.

 

Otras enfermedades segregadas

 

¿Sabías que si te duele el brazo izquierdo y notas opresión en el pecho, eso puede indicar que estás sufriendo un infarto, pero solo si eres un hombre? Si eres mujer, lo más probable es que experimentes síntomas digestivos como náuseas, vómitos e indigestión, así como dolor en la espalda y en la mandíbula. La idea preconcebida que tenemos sobre los síntomas del infarto es lo que nos lleva habitualmente a confundirlos cuando le ocurren a una mujer, lo que hace que no sean diagnosticadas a tiempo, en muchas ocasiones con consecuencias graves. 
 

¿Y sabías que la vacuna contra la COVID provocó alteraciones menstruales en miles de mujeres que no fueron detectadas previamente en los ensayos clínicos? El fenómeno lo estudió la investigadora de la Universidad de Granada Laura Baena, porque esos trastornos menstruales no se habían tenido en cuenta en el diseño de la vacunación ni en los ensayos previos. 
 

Estos son solo algunos ejemplos –hay muchos más– de lo que se conoce como el sesgo de género en medicina. Este abordaje masculinizado de la medicina tiene consecuencias en las mujeres, que a menudo son infradiagnosticadas o directamente ignoradas por los profesionales de la medicina. Así lo explica la médica Carme Valls Llobet en su libro Mujeres invisibles para la medicina (Capitan Swing, 202): “El cáncer de mama, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades mentales sin tratamiento, englobadas aún bajo el triste calificativo freudiano de histeria, la osteoporosis y otras enfermedades asociadas a la menopausia no son más que algunos ejemplos que, junto a la anorexia o la bulimia, claman por una medicina adaptada a la mujer”, explica Valls en su obra.

 

Aunque cada vez hay más profesionales actualizados, todavía sigue habiendo mucho desconocimiento en torno a la perspectiva de género aplicada al ámbito de la salud. Y se trata de un enfoque necesario, que mejoraría la calidad de vida de muchas mujeres revisando algunas de las ideas que las han dejado siempre al margen de la investigación. Las expertas en la materia, como Elisabet Tasa-Vinyals, Marisol Mora Giral y Rosa María Raich, proponen “un cambio de paradigma que permita la construcción de un cuerpo de conocimiento médico más preciso e inclusivo, así como de un sistema de salud más justo y equitativo”. Incluso la Organización Mundial de la Salud lleva años proclamando la necesidad de cambiar el foco para poner a las mujeres en el centro. Mientras tanto, la mitad de la población se verá afectada por prácticas médicas que, en el mejor de los casos, no tienen en cuenta sus características específicas. 

Día Mundial de la Endometriosis: una enfermedad que afecta a las mujeres y que tarda ocho años en diagnosticarse

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