En la primavera de 2023 los ciudadanos occidentales recibíamos de relevantes políticos y expertos tertulianos, entre ellos un ex-almirante ferrolano, una valoración sobre la guerra en Ucrania que entre otras lindezas afirmaba que Rusia era una gasolinera con un ejército de soldados borrachos y oficiales incompetentes, que no tenían planes estratégicos, que había perdido el 70% de su capacidad de combate, que sacaban los chips de las lavadoras para instalarlos en los misiles y que Putin estaba muriéndose de cáncer.
Ahora nos dicen que Ucrania debería negociar cesiones mientras esté a tiempo de salvar los muebles, y porque si no se negocia los rusos “podrían” invadirnos en 2025, y no nos quedaría otra que hacer un gran esfuerzo en rearmarnos.
Les traduzco: más encargos a esa maravillosa industria militar occidental que no usa chips de lavadoras.
Costará dinero, pero la calidad se paga.