Viajeros insolidarios

Hace años que suelo viajar en tren a Madrid para asistir a distintas reuniones profesionales. Redescubrí el placer de poder hacer otra cosa mientras que vamos superando estaciones, y fui comprobando en mis viajes como las nuevas vías daban paso a la posibilidad de aumentar la velocidad de los trenes. Recuerdo aquellas épocas en las que cuando iba a la capital de España para cumplir con mis exámenes de periodismo, que había días que tardábamos más de diez horas en llegar a nuestro destino. Ahora el trayecto se ha reducido a menos de la mitad con lo que son muchas las posibilidades y ofertas de las que se dispone en trenes de velocidad alta que parten desde Santiago


Cuando el Gobierno aprobó la posibilidad de comprar bonos para realizar unos determinados trayectos me sume a la iniciativa puesto que vivo alternativamente entre Santiago y Vilagarcía de Arousa. Poco a poco me fui dando cuenta de que el sistema tenía un error de bulto: cautivar asientos   que luego no son utilizados.


Uno de los días que quise desplazarme a Vilagarcía   y hacer el viaje de regreso me fue imposible conseguir una plaza. En mi nuevo intento este pasado domingo y después de pelear mucho conseguí un asiento pero al subir al tren -¡sorpresa!- estaba ocupado. La persona que se había sentado en mi plaza me dijo que venía de Vigo sin asiento y que le dijeron que subiera al tren y que fuera utilizando las que quedaban vacías… Lo que está sucediendo estos días pone de manifiesto la poca solidaridad de las personas y esta se acrecienta cuando la oferta es gratuita. Hay viajeros, como confesaba sin ningún rubor uno de ellos en una entrevista radiofónica, que capturan cuatro billetes de ida y otros tantos de vuelta puesto que no saben a qué hora tomarán el tren. Y luego los asientos van vacíos.


Renfe tiene que poner solución drástica al tema. Todos tenemos los mismos derechos, para eso pagamos nuestros impuestos. La única solución que se me ocurre es que cada propietario de bono solo pueda cerrar un viaje de ida y otro de vuelta para el mismo día. De no ser así la insolidaridad seguirá campando a sus anchas entre los que son más rápidos con la aplicación de Renfe y el teléfono.

Viajeros insolidarios

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