Una tarea gratificante

Guardo con cariño un recuerdo muy agradable de mi etapa como concejala del ayuntamiento de A Coruña. Sin duda una de las tareas más gratificantes que he realizado a lo largo de mi vida. Ver, escuchar y hablar con los vecinos a pié de calle, día a día, te ofrece la posibilidad de poder ayudar a resolver los pequeños y grandes problemas que afectan a tus conciudadanos en sus vidas diarias, en su barrio, en su calle.
 

En la Diputación Provincial he trabajado intensamente  como presidenta de la Comisión de Deportes, Cultura, Educación y Juventud para gestionar los programas que se desarrollaban a nivel provincial. Un trabajo arduo y que requería tiempo y dedicación de todo el equipo de trabajo. Sin embargo, la tarea más satisfactoria ha sido la de Concejala de Barrio  en el gobierno municipal.
 

Esta concejalía pionera, me permitía estar en contacto permanente con las zonas de trabajo asignadas, en mi caso Los Rosales, San Pedro de Visma, Labañou, San Roque y Os Mariñeiros, para analizar cualquier tipo de necesidad y trasladar las diversas situaciones detectadas a las concejalías correspondientes para su pronta resolución.
 

Este sistema de trabajo coordinado, se materializó en un ambicioso proyecto: el Plan RUA (renovación urbana y acondicionamiento), todavía hoy recordado en muchos barrios de la ciudad. Un programa que movilizaba más de 30 servicios municipales que pretendía mejorar el mantenimiento y limpieza de todos los barrios de la ciudad. Gracias a esta iniciativa, en la que tuve el placer de llevar una gran parte de la responsabilidad en su ejecución, se pudieron resolver cientos de pequeños problemas en cada barrio de la ciudad y, sobre todo, se logró reforzar los programas de limpieza viaria.
 

A día de hoy sigo recorriendo nuestros barrios. Son muchos los vecinos y vecinas que recuerdan aquello y se quejan de que la ciudad necesita una mejor gestión de la limpieza viaria, de la recogida de basuras y que es imprescindible mejorar el mantenimiento de los espacios públicos. Es una petición unánime a poco que visites, hables y escuches a tus vecinos, a tus comerciantes, a tus hosteleros… a todos los que conformamos un barrio. Algo que por lo visto, nuestro  gobierno municipal no realiza. El Plan RUA aportaba soluciones a pequeños problemas, detectaba necesidades de mejora de las infraestructuras de los barrios e incluso desarrollaba un programa educativo para formar e informar de cómo cuidar y mantener mejor todo lo que tenemos. Los vecinos lo echan de menos y yo también.
 

Otro capítulo importante en las peticiones vecinales que escucho y me cuentan cuando paseo por nuestros barrios es la necesidad de combatir con urgencia la creciente inseguridad ciudadana, pero este capítulo tendremos que  tratarlo otro día, porque créanme, hay mucho que contar.

Una tarea gratificante

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