¡Sequía!

El mundo globalizado vive una etapa de larga sequía, como no se recuerda en tiempos, sobre todo, desde que hay registros. Es la más larga y pertinaz, de momento no hay tregua, salvo alguna pequeña borrasca que se asome de, cuando en vez, insuficiente para solucionar un grave problema humanitario.
 

En lo que respecta a Galicia, los ríos van casi vacíos de caudal, se puede observar en el Limia, Miño, Tambre, etc. En que apenas hay caudal de agua y la situación se agrava, en una estación de altas temperaturas, como ha sido el verano, ahora en otoño, toca esperar que asomen con frecuencia las posibles borrascas que solucionen un problema de escasez de agua, para humanos, el campo y sus cosechas, así como para los animales, ya sean domésticos, de granjas avícolas o ganadería. Todo el mundo depende, como siempre, de la madre naturaleza y de su agua caída del cielo, para remediar lo que parece difícil de solucionar.
 

Dada la escasez que se padece, los ayuntamientos y el resto, de instituciones, hacen llamadas a la comunidad ciudadana, para que sean responsables en el uso de los pocos recursos que hay de agua a estas alturas, evitando un consumo innecesario por motivo de esta grave sequía que nos azota.
 

Los municipios gallegos, han tomado esta situación muy en serio, adoptando algunas restricciones, en lo que algunos ya tildan de situación catastrófica, sino, aparecen pronto las aguas que lo remedien. Adoptando entre otras medidas más drásticas, como el llenado o no de piscinas, en un año que ya se califica como el peor en términos hidrológicos, desde que hay datos. Otros incluso van más allá y apuntan que hace más de quinientos años que no hay un dato como actual. En que, los ríos europeos, se están secando a pasos agigantados, es al caso del Támesis, el Elba, Rin y el Po, italiano, etc.
 

En Galicia, como en el resto de España, hay muchos municipios que carecen de agua en sus depósitos y tienen que traerla de otros lugares para dar servicio a sus comunidades, el vacío de agua en los pantanos, deja ver estampas insólitas, como las ruinas del antiguo Portomarín lucense, anegado por el embalse de Belesar, después de años sumergido bajo las aguas del Miño. También permite observar el campamento romano de Bande, a orillas del Limia, en el embalse de As Conchas.
 

Ante este sombrío panorama, la situación puede agravarse más, al estar los niveles de los ríos en los índices más bajos que se recuerdan. Esta sequía si se prolonga como está desde el otoño pasado, con una estación más seca de lo normal, seguida de un invierno cálido, sin apenas lluvias, una primavera atípica, con algunas lluvias débiles y tiempo seco, seguido de un verano con temperaturas altas, que propicia, la evaporación de la poca agua que hay en los ríos y embalses ¿A peor se puede ir? Todo depende de nuestra madre naturaleza, a partir de esta estación otoñal, regresando las lluvias y propiciando se recupere la estabilidad hidrológica, que buena falta nos hace a todos.

¡Sequía!

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