Eufórico tras su triunfo en Andalucía, el Partido Popular protesta porque Pedro Sánchez sigue empeñado en celebrar las elecciones a finales de 2023, por la sencilla pero contundente razón de que seguramente será más favorable para el gobierno. Puede que las elecciones se celebren con una cifra histórica de ocupados en el mercado laboral, que el gobierno aprenda de una vez a vender sus logros, que aumente la percepción ciudadana de que una pandemia y una guerra en Europa causan inevitablemente problemas a cualquier gobierno dentro y fuera de España, que afloren las debilidades de Feijóo, que Yolanda Díaz lleve a buen puerto su proyecto político y recomponga el espacio de izquierdas al margen del PSOE, y que la inflación baje a un nivel asumible. En el PP saben que este escenario no puede ser descartado, y por ello está ansioso por aprovechar esta inmejorable ventana de oportunidades.