esde que el otro día en la concentración anual de los sindicatos CCOO y UGT con sus dirigentes al frente y seguidos por multitudes de lo que llaman masas obreras, oí y escuché los gritos de unos y otros clamando al unísono ¡Queremos más salario, pero con menos trabajo!, me quedé como dudoso, confuso e inquietado. Y en mi momentáneo lavado de cerebro y mi irreflexión transitoria digo que eso lo querríamos todos y que hasta yo me apunto. Pues repetían lo que poquito antes había proclamado al mundo social, económico, laboral, etc. la correspondiente la ministra del ramo. Pero, vuelto a la normalidad, a la reflexión. Me pregunté y aún me sigo preguntando: ¿no fue eso que proclamó la ministra, y gritaron sus sindicatos y sus obreros, lo que implantaron en sus países y con sus regímenes F. Castro, Chávez y Maduro, (a los que, por cierto, parece amar tanto nuestro ínclito Zapatero), y algún otro dirigente centro-y sudamericano, i Y así les fue! Digo que así les fue, porque los que habían conseguido situar aquellos países, (conozco de Cuba y Venezuela principalmente), en un ejemplar estado de prosperidad y relativo bienestar gracias al ímprobo sudor honrado y humilde de muchos años, aquellos, han sido expulsados o huyeron a otros países, (como ocurrió a familiares y paisanos míos), dejando allá cuanto tenían, yéndose con lo puesto, lo que “sería repartido a los más necesitados”. Al cabo de años la pobreza se generalizó en esos países. Dicen muchos que los mandatarios de los aludidos países y sus acólitos, están muy enriquecidos, sin embargo. Sí, aquellos que proclamaban menos trabajo y ayudas públicas que hicieron languidecer a los países y a sus trabajadores en una dependencia de esclavitud y de miseria. Y los que pueden, siguen huyendo de esos regímenes populistas porque con frecuencia les faltan elementos básicos como ropa, comida, medicamentos... como le pasó a familiares míos. Hay una frase no sé si bíblica que dice “ganarás el pan con el sudor de tu frente”; otra más localista “si no trabajas, no comes”. Aquí en España tras la Guerra civil también hubo escaseces de comida y casi todo. Pero el trabajo de horas y años nos colocó en un grado de prosperidad aceptable, reconocido internacionalmente y que sobre todo las clases medio-bajas, quisiéramos conservar. Mi temor es que los alardes de nuestro Gobierno y sus Sindicatos nos conduzcan a situaciones paralelas a las expresadas. Pues me llama la atención que, ni medios, ni partidos, patronales, bancas, emprendedores, profesionales... levanten en grito sus respectivas voces y estén, en general, tan calladitos. Y las masas ídem de ídem, con o sin lavado de cerebros.