Tiene razón Pedro Sánchez, cuando le dice a Pablo Echenique que destacar más las diferencias que los acuerdos entre los dos socios del gobierno, desmoviliza al votante de izquierda. En el fondo de este problema está la imperiosa, y un tanto infantil necesidad, de que reconozcan que uno es más de izquierdas que el otro. Cuando el difunto Mikel Robinson sorprendió a la audiencia diciendo que prefería ser español a inglés, lo argumentó diciendo que aunque los ingleses tenían más virtudes y menos defectos que los españoles, las virtudes de estos eran tan grandes, y los defectos de los otros eran tan enormes, que prefería ser español. Pues yo ahí lo dejo, para que cada uno decida si quiere ser de estos o de los otros, del Frente de Liberación de Judea o del Frente Judaico de Liberación, y para que tras las elecciones en Andalucía el impulso de competir deje paso a la voluntad de cooperar.