Ferrol, ¡por fin!

Semanas atrás despertábamos con una de las noticias ―junto con el arranque de construcción del nuevo programa de fragatas― más trascendentales para la ciudad en muchos años.
 

Después de treinta, con tiras y aflojas, no exentas de intereses partidistas, el pleno del Ayuntamiento ferrolano ratificaba con el Ministerio de Defensa el convenio urbanístico “Sánchez Aguilera”.
 

Hace ya años, desde que el Gobierno decidió cambiar la estrategia de la defensa, quedaron sin uso grandes bolsas de terrenos urbanos en ciudades donde se ubicaban instalaciones militares.
 

“Sin prisa, pero sin pausa” los distintos ayuntamientos incorporaron esos espacios para usos del ciudadano: desarrollando grandes avenidas, parques, paseos marítimos, edificación pública y privada. Las poblaciones ganaron en servicios, calidad de vida para sus habitantes y en consecuencia atractivo para residir en las mismas; Coruña o Burgos son buenas muestras, por nombrar algunas.
 

Teniendo en cuenta el serio retraso con que nos llega este futuro cambio urbano, ahora, se debe insistir en que un pronto comienzo de la trasformación, y sentido común para establecer prioridades, nos ayude a olvidar las décadas transcurridas.
 

El propio cuartel Sánchez Aguilera, para resolver por fin, un verdadero “paramo” prácticamente en el centro de la urbe; los terrenos de Mandiá (incluyendo el cambio de usos) para tener, por fin, más suelo industrial o habilitar Monte Ventoso como mirador y centro turístico serán un buen comienzo que ayudaría, en parte, a revertir la pérdida de población y mejorar los atractivos y calidad de vida ferrolana.
 

Exceptuando una de las fuerzas políticas, que en línea con sus antecedentes: «Autoestrada, una navallada á nosa terra» se opuso: “Traballaremos para emendar estes erros, unha nova hipoteca para os veciños”. Es de agradecer al conjunto de la clase política local el talante negociador que ha supuesto llegar a este acuerdo.
Valorar, tanto la abstención de unos: “Non é o mellor convenio, pero é necesario para a ciudade”, como el voto favorable de los dos grandes partidos. 
 

Valorar el empeño personal del alcalde y su posición de consenso respecto al contenido del convenio y como no, al jefe de la oposición que ha demostrado una gran altura de miras con su voto a favor que facilita este profundo cambio que esperemos sea una realidad en breve.
 

Aun recordando que queda mucho por hacer ―modernización del astillero, líneas de ferrocarril, estación intermodal, abrir Ferrol al mar― por una vez podemos decir: se ha aparcado el interés de partidos ¡por fin! Se ha pensado en Ferrol ¡por fin!

Ferrol, ¡por fin!

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