En 1992 acudí a Oporto con el alcalde ferrolano, Manuel Couce Pereiro, para participar con representantes de otras doce ciudades en la fundación del Eje Atlántico. En los siguientes 32 años, este organismo transfronterizo de Galicia y norte de Portugal aportó significativos logros a Ferrol y a los otros treinta y seis concellos y dos diputaciones que lo integran, aunque como es lógico dependiendo siempre de la mayor o menor implicación de sus alcaldes. Ahora, Ferrol abandona este organismo porque considera que no obtiene suficientes beneficios, lo que es lógico porque nuestro actual alcalde no acude a sus reuniones. En realidad, se trata de una deserción que afecta a todos los concellos gobernados por el PP, y que coincide sospechosamente con la falta de apoyo del Eje Atlántico al polémico proyecto de Aldri para instalar una macro-planta de celulosa y fibras textiles en Palas de Rei.