Falta de acceso a la vacuna de la viruela del mono (y III)

La OMS ha dicho que está desarrollando un mecanismo de intercambio de vacunas, pero hay escasos detalles. Desde el momento que se redactó el acuerdo, ningún país ha compartido dosis.
 

A pesar de la existencia de estas reservas, los recientes problemas de acceso a la vacuna de la covid-19 en países de ingresos bajos y medios nos han dado una lección.
 

En 2020, incluso antes de que se desarrollara la vacuna de la covid-19, los países ricos empezaron a realizar grandes pedidos de las primeras posibles vacunas candidatas. Cuando las vacunas ya estaban fabricadas, la gran mayoría de las existencias ya se había vendido o preasignado a los países ricos.
 

Mientras tanto, COVAX, un mecanismo creado para proporcionar una distribución equitativa de las vacunas limitadas en todos los países, incluidos los de rentas medias y bajas, se quedó al final de la cola.
Esto dio lugar a que los estados ricos acapararan las vacunas contra el coronavirus, de modo que pudieron vacunar con la pauta completa y administrar más dosis a la gran parte de sus poblaciones, incluso antes de que los países menos adelantados pudieran vacunar a sus poblaciones de alto riesgo. Y ya estamos viendo que los países más desarrollados empiezan a repetir un patrón haciendo grandes pedidos de la vacuna MVA-BN. No podemos permitir que esta situación se repita con la viruela del mono.
 

Necesitamos un suministro asequible de vacunas a todos aquellos países africanos que lo necesiten. Si bien la información es difícil de obtener, la vacuna de la viruela del mono MVA-BN tiene un precio de 100 euros por dosis. Se trata de un precio del todo inasequible para las poblaciones de los países de rentas medias y bajas que, una vez más, dependen de las donaciones de vacunas de los países ricos.
 

El problema es que los precios asequibles no están garantizados. A pesar de que el desarrollo de la vacuna fue mayoritariamente financiado por el Gobierno estadounidense con una suma de 2.000 millones de dólares, el control sobre el precio y la disponibilidad de esta sigue estando en manos de la empresa danesa Bavarian Nordic, que tiene el monopolio de patentes de la vacuna.
 

Depender de un solo fabricante es desastroso. Bavarian Nordic ha declarado recientemente que no está segura de poder satisfacer la demanda actual de vacunas, y está considerando una transferencia tecnológica a un fabricante estadounidense.
 

Pero lo que realmente se necesita para poder abordar la equidad es una transferencia tecnológica a empresas del continente africano. Así, los países africanos no tendrían que depender únicamente de las donaciones de los estados ricos. La compañía sudafricana Aspen Pharmacare se ha ofrecido a participar en el llenado y acabado de vacunas contra la viruela del mono, pero recibir una transferencia completa podría ir mucho más allá, dando paso a la autosuficiente africana a largo plazo
 

Además, los países endémicos también necesitarán apoyo en la programación de administración de vacunas, ya que no se pueden permitir extraer recursos de los sistemas de salud, ya sobrecargados.
 

Nos encontramos en un escenario donde el acceso equitativo a la vacuna en poblaciones de África occidental y central es prácticamente imposible, dado que hay un monopolio que controla la fabricación de vacunas y que se traduce en una creciente dependencia de donaciones de los países ricos.

Falta de acceso a la vacuna de la viruela del mono (y III)

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