Difícil voto en 2023

Si el pasado año ha sido testigo de grandes tensiones, tanto sociales como económicas y políticas, el nuevo podemos aventurar que será convulso teniendo en cuenta la escalada en la confrontación de partidos y las llamadas a las urnas que nos esperan.
 

La revolución que ha supuesto Internet ha traído grandes progresos y también algún inconveniente; la sobreinformación dificulta conocer la verdadera realidad complicando la reflexión acertada. Las estadísticas e informes admiten conclusiones sobre un mismo asunto totalmente dispares, dependiendo de la ideología de quien las interpreta. Es frecuente ver como los datos pueden ser manipulados al antojo del que antepone su interés personal al de la sociedad.
 

El Gobierno se felicita; considera el ejercicio cerrado como muy bueno a la vista del crecimiento de nuestro PIB, bajada del desempleo e inflación.
 

Esta última, efectivamente se ha reducido al 5,6 por ciento pero en los productos alimenticios la escalada llega al 15,3.
 

La tasa de desempleo objetivamente presenta una leve reducción, es del 12,67% ―la mayor de la eurozona que tiene una media del 6,5―, la tasa del paro juvenil se eleva al 30.
 

En estos datos debemos observar la posible distorsión que supone el tratamiento de los contratos fijos discontinuos, además de tener presente que en estos últimos cinco años se han creado 500.000 puestos de funcionarios.
 

Hemos tenido un considerable incremento del PIB, aun así, la renta de los españoles desciende de 25.180 €, en el año anterior de la pandemia, a 23.450. En 2017, alcanzaba los 24.430. 
 

En este análisis, tengamos en cuenta que La U. E. está inyectando 85.300 millones de euros, que la propia Bruselas reconoce que no sabe en donde están. Los Fondos Next Generation, siguen sin llegar a las empresas. Pocas se presentan a las distintas convocatorias para su distribución por imposibilidad de cumplir las condiciones.
 

Además, seamos conscientes de que algún día tendremos que pagar la deuda pública ―116% del PIB― y frenar el gasto para paliar el déficit. 
 

Si bien es cierto que la economía no lo es todo, hay frases contundentes al respecto:
«El dinero no puede comprar la felicidad, pero tampoco puede hacerlo la pobreza».
 

Evidentemente hay otras cuestiones claves en la gestión del país, reflexionemos sobre:  ocupación ilegal de la vivienda, Ley del “sí es sí”, reforma penal de delitos de malversación y sedición, enmiendas de las Leyes orgánicas del Consejo General del Poder Judicial y Tribunal Constitucional, Ley Trans, Ley Animalista, Memoria Democrática…
 

Evidentemente, tenemos por delante un difícil voto en 2.023.

Difícil voto en 2023

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