El comercio

No corren buenos tiempos para el comercio coruñés y no es porqué su titular, no ponga gran empeño en ello, que lo hace, reinventándose cada día, según su criterio para que el negocio funcione y la clientela se sienta cómoda y servida en todo momento. El problema radica en las denominadas fuentes externas, que nada tiene que ver con el titular del comercio, pero le afectan en demasía, debido a lo que afecta a la ciudad, bien sea político, social ó económico, también afecta a su comercio para bien o para mal.


Estos achacan su decaimiento a la inestabilidad económica persistente en el sector desde hace mucho tiempo. No, solo es esta circunstancia, hay otras muchas variantes que los titulares deben valorar y cuantificar en pérdidas por actuaciones municipales de un modo particular. No precisamente por la carga impositiva, que por sí, ya es muy elevada, no se corresponde con la situación actual del negocio regentado, los impuestos municipales, como los demás deben ser corregidos a la baja y sobre todo hacer una planificación impositiva que se oriente a la reducción del gasto público no productivo, al sustentarse en la vía impositiva sin regulación alguna, con un desfase entre lo que paga el contribuyente y lo que recibe de los organismos. Decir, nada, es poco.


Ahora hay una segunda parte que da mucho que hablar y redunda en perjuicio del comercio y no, porqué, el de esta ciudad sea diferente. Desde hace un tiempo se están haciendo muchos parches urbanísticos, dejando a la ciudad carente de valor, por la errática política municipal en los últimos treinta años, en que cada corporación viene con su reforma y contrarreforma bajo el brazo, según su criterio y sin contar para nada con la opinión de los coruñeses en general y del comercio en particular.


En ello, hay que significar la constante pérdida de aparcamiento en superficie de la zona centro y adyacentes, lo que, provoca que mucha gente no acuda a estos puntos de reunión como era costumbre, donde quedaban para hacer compras y degustar algún ágape. Ahora para desplazarse a la Ciudad Alta y Monte Alto, solo hay dos vías el túnel de la Marina y el Paseo Marítimo y en medio de toda esta superficie no hay aparcamiento en superficie para dichas gentes al desaparecer el amplio recinto de la Marina el Parrote y los ciudadanos, tienen además prohibido circular con sus vehículos en la zona delimitada, solo buses, taxis y emergencias.


Ahora se va más lejos, se suprime aparcamiento en superficie y se dedican vías de tráfico rodado al peatón, esta política perjudica al comercio en general, la gente tiene su vehículo para desplazarse y si la Coruña, no propicia que circulen estos por la ciudad debido a la falta de plazas, se irán a donde puedan hacerlo, uno de esos puntos pueden ser los centros comerciales, como primera opción, donde pueden hacer sus compras cómodamente y disfrutar de una jornada lúdica sin preocupaciones. Incluso desplazarse a otros lugares diversos, cercanos o lejos.


Vamos, todo un despropósito, que terminará con el comercio tradicional coruñés, salvo que alguien ponga remedio a tanta incoherencia.

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