En los entornos más hostiles del planeta, como el interior del Gran Colisionador de Hadrones (LHC), los dispositivos electrónicos convencionales resultan inútiles. La radiación intensa, las temperaturas extremas y la densidad de datos desafían incluso la ingeniería más avanzada.
Aun así, los detectores de partículas necesitan herramientas precisas y confiables para analizar fenómenos que podrían reescribir lo que sabemos sobre el universo. El desarrollo de nuevos circuitos resistentes a estas condiciones marca un avance crucial en la carrera científica internacional.
Un equipo de la Universidad de Columbia ha logrado un avance relevante en el diseño de chips ultrarresistentes a la radiación, pensados para sobrevivir dentro del LHC, ubicado en la frontera entre Suiza y Francia.
El LHC, con casi 27 kilómetros de túnel subterráneo, genera condiciones adversas por la radiación intensa y la cantidad masiva de datos. La mayoría de los componentes disponibles en el mercado fracasan en ese ambiente. Por esa razón, la industria no invierte en desarrollos comerciales para ese mercado tan especializado.
El equipo dirigido por Peter Kinget diseñó convertidores analógico‑digitales (ADC) que capturan señales de colisiones subatómicas dentro del detector ATLAS y las transforman en datos digitales precisos. El diseño aprovecha procesos semiconductores comerciales aceptados por CERN, aplicando técnicas que minimizan daños por radiación y corrigen errores en tiempo real.
Características clave del chip:
La investigación se publicó el 1 de julio de 2025 en la revista IEEE Open Journal of the Solid-State Circuits Society. El proyecto refleja una colaboración estrecha entre ingenieros y físicos de Columbia Engineering y el equipo responsable del detector ATLAS.
El uso de estos chips permite a los científicos capturar y discriminar los eventos más relevantes generados en las colisiones, lo cual es fundamental para estudiar fenómenos como el bosón de Higgs y otras partículas fundamentales. Sin estos componentes no sería posible filtrar la información crítica que revela los secretos del universo.
La iniciativa demuestra que una universidad puede liderar innovaciones en electrónica cuando la industria no cubre necesidades específicas.
Este avance marca un paso adelante para la exploración científica en ambientes extremos, mejora nuestra capacidad de captura de datos subatómicos y refuerza la reputación de Columbia como líder en instrumentación adaptada a las exigencias del CERN.