Una silla híbrida permite a una joven disfrutar del mar veinte años después

Una silla híbrida permite a una joven disfrutar del mar veinte años después
La cara de felicidad de Lucía disfrutando de nuevo del mar deja a las claras lo bien que le sentó poder disfrutar del agua de nuevo | Pepe Caparrós

Lucía Pérez es una ferrolana que adora su ciudad y especialmente sus maravillosas playas, en las que disfrutó de innumerables baños hasta que una enfermedad le provocó graves problemas de movilidad en las piernas, lo que le impide disfrutar del verano como hacía antaño. Y es que desde hace 22 años apenas ha vuelto a la playa. “Veía a la gente bañarse y practicar surf desde el chiringuito, que es lo más cerca que he estado del mar en este tiempo, y soñaba con poder hacer lo mismo”, asegura.
 

Lucía sostiene que pese a que algunos arenales disponen de rampas para que gente como ella con diversidad funcional puedan acceder a los arenales, “estas no llegan al agua, y para poder bañarte es necesario contar con la ayuda de un par de personas y eso ya hace muy complicado disfrutar de la playa y del mar”, sostiene.
 

No obstante, hace unos días, su sobrino, León González, que es monitor en el centro Luis Rodríguez Surf School, ubicado en Doniños, la animó a meterse con él en el mar con la ayuda de una tabla de surf, así como todo el equipamiento necesario como traje de neopreno para disfrutar del baño con total seguridad y confianza. 
 

“Llegando al local donde se encuentran los socorristas nos alegramos al ver que tenían una silla híbrida y me ofrecieron utilizarla y me llevaron al agua”, explica Lucía, quien agradece la corrección, profesionalidad, cariño y amabilidad de todo el personal del servicio de socorrismo.  “Mil gracias a los socorristas, ya que lo 

que han hecho por mí no se paga con dinero”.
 

También agradece a su sobrino y a la escuela Luis Rodríguez Surf por haberle brindado la oportunidad de volver a “sentir el agua salada en mi cuerpo y sentir que en el mar no hay barreras de ningún tipo; quizá el que no tenga limitaciones no lo entienda pero desde lo más profundo de mi interior explotó una sensación de felicidad, alegría, amor por el mar, a las olas y hasta a la vida”. Por ello anima a las personas como ella a hacer uso del servicio.
 

En Ferrol cuentan con este servicio las playas de Doniños y Caranza; solo hay que presentarse allí y solicitarla. Otros arenales de la zona como A Frouxeira disponen de una de estas sillas, así como A Bestarruza en Mugardos o Ares.

Una silla híbrida permite a una joven disfrutar del mar veinte años después

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