“Siento que dejé un trocito de mí en Ottawa; fue una vivencia maravillosa”

“Siento que dejé un trocito de mí en Ottawa; fue una vivencia maravillosa”
Lidia Vergara muestra la bandera de Canadá, país del que regresó encantada | j. meis

Había estado en Canadá, como turista, para conocer algunos de sus lugares más emblemáticos: las cataratas del Niágara, Toronto, Montreal, Ottawa... Lo que no sabía entonces, es que volvería a poner rumbo a este enorme país de norteamérica, concretamente a esta última ciudad, para vivir una enriquecedora experiencia educativa y también personal.
 

Durante un mes, desde el 7 de noviembre al 7 de diciembre del pasado año, Lidia Vergara (39 años), actual vicedirectora de la Escuela Oficial de Idiomas de Ferrol, cruzó el charco para disfrutar de una experiencia de inmersión en el marco del PIALE (Programa Integral de Aprendizaxe de Linguas Estranxeiras) de la Consellería de Educación. Tanto le gustó la convocatoria, que tiene muy claro que la volverá a solicitar. “Me han comentado que una vez que te lo dan, es muy difícil que puedas repetir, pero yo voy a seguir pidiéndola todos los años”, asevera. “Estos programas me parecen muy interesantes, ya no solo para conocer nuevos métodos, sino para luego poder contarles a los estudiantes, porque muchas veces, los alumnos que vienen a las escuelas de idiomas quieren aprender la lengua pero también conocer cosas del país que, si vas allí solo de vacaciones, no vives”, relata.
 

Su estancia fue especialmente intensa y provechosa en todos los sentidos. Durante el mes que estuvo allí, acompañó a varios profesores en el desarrollo de sus clases. En principio tenía como destino un único centro, pero gracias a la gente que fue conociendo, pudo visitar hasta tres diferentes. En todos pudo constatar las grandes diferencias con respecto al sistema educativo español. Lo que más le llamó la atención fueron los métodos de enseñanza. “La primera semana estaba realmente un poco en shock, porque parecía como si hubiese una ausencia de disciplina, y no es así. Algunos niños están en clase, por ejemplo con cascos –luego le explicarían que se trata de casos que están dentro del espectro del autismo, a los que les desconcentran mucho los ruidos exteriores, por lo que trabajan con auriculares–, pueden utilizar el móvil en clase... Aprenden de otro modo, igual no memorizan tanto como aquí, pero aprenden más a buscar las soluciones a las cosas y trabajan muchísimo en grupo”, explica.
 

Resalta también “la tolerancia y la mente abierta que tienen” así como la integración de los centros de educación especial en los propios institutos. Junto a lo estrictamente académico, la profesora de inglés en la EOI de Ferrol, –habla siete lenguas, todas las que se imparten en el centro– destaca la gran inmersión que el PIALE facilita en la vida local, ya que los beneficiarios residen durante todo el mes con familias de la zona.
Alojamiento
 

Lidia, que estudió Traducción e Interpretación en Vigo, tuvo la gran suerte de ser alojada en el hogar de una traductora jubilada que trabajaba para el gobierno. “La verdad es que fue un intercambio muy enriquecedor, porque hice un montón de cosas con ella y me presentó a mucha gente”, dice. Entre ellos, al técnico del equipo de hockey sobre hielo de la ciudad, del que la ferrolana acabó convirtiéndose casi en su talismán. “Es un equipo muy bueno pero que estaba en sus peores momentos, y parece ser que si yo veo el partido, ganan, entonces me obligan a verlo a pesar de la diferencia horaria”, cuenta entre risas.
 

En Canadá, donde llegó a estar a 14 grados bajo cero, fue a un spa en el medio de la nieve; visitó el parlamento y el senado; asistió a la apertura de una galería de arte; e incluso la entrevistaron para una revista. “Hice muchas cosas con gente local; me gustó muchísimo la experiencia y siento como que dejé allí un trocito de mí”, reconoce. Regresó con su maleta cargada de recuerdos, vivencias y buenos momento. Y con nuevos amigos. “Algunos están ya buscando vuelos para venir en verano”, señala. También con alguna que otra idea para implementar entre su alumnado de inglés e incluso en el Club de Lectura que coordina junto a otras docentes de la Escuela Oficial de Idiomas de Ferrol. En este centro, donde desde este curso ejerce el cargo de vicedirectora, inició hace cuatro años su etapa como profesora tras aprobar las oposiciones a la primera. Había llegado antes a la ciudad para trabajar en el astillero y en un empresa de traducción y de clases de inglés.
 

Y es que aunque sus raíces están en la comarca, concretamente en Valdoviño, su vida fue un no parar: durante sus primeros años de vida debido a la profesión de militar de su padre –a los tres años se fue de la comarca para vivir en diferntes lugares de España– y desde los 16 por sus propias inquietudes personales. “A esa edad me fui sola al Reino Unido. Estudié en Vigo la carrera, de la que cursé un año en Francia. Trabajé también en Belfast y en Londres, hasta que decidí volver”, comenta.
 

Cuando aprobó la plaza para la EOI, decidió instalarse definitivamente en la ciudad naval: “Me gusta muchísimo Ferrol. Vivo en el centro, y me encanta. Me parece un ciudad muy cómoda y con una calidad de vida excelente. Es una ciudad muy barata en comparación con otras y con las playas más bonitas”.
 

De aquí, dice, ya no se moverá, salvo para seguir viajando, algo que le apasiona, y para, si la suerte le acompaña, poder disfrutar de una nueva estancia en el marco del programa PIALE que tan buen sabor de boca le ha dejado.

“Siento que dejé un trocito de mí en Ottawa; fue una vivencia maravillosa”

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