La segunda operación de descarga y carga de monopiles XXL que se realiza en el puerto de Ferrol se desarrolla con normalidad en estos días en el cerramiento norte. Tras llegar, primero, a Caneliñas, las piezas, que tienen entre 79 y 86 metros de longitud y un peso que oscila entre las 1.600 y las 2.100 toneladas, han sido desembarcadas en el puerto interior a la espera de que llegue el buque que se encargará de transportarlas hacia su destino final, la isla de Ronne, en Dinamarca.
La operación comenzó hace un mes con el primer envío. Se trata de un hito en la historia del organismo que preside Francisco Barea por varios motivos, pero el más importante porque es la primera vez que se realiza un trabajo de estas características en todo el sistema portuario estatal. Son casi tres meses de proceso que finalizarán en julio con el último embarque.
La complejidad de la operación se refleja en el número de empresas portuarias que participan, desde Navantia a Noatum Logistics, pasando por Marítima Consiflet y Pérez Torres, además de prácticos, remolcadores y amarradores. También tiene un papel protagonista la empresa de maquinaria especializada en cargas ultrapesadas, Mammoet.
El Puerto señaló en el momento en el que comenzó la operación, a comienzos del mes pasado, que este trabajo es un “reto logístico” de primera magnitud y profundiza en el papel que quiere jugar en el ámbito de la eólica marina. Hay experiencias previas, como la que se realizó entre finales de 2019 y 2020 para la integración de un parque eólico flotante con el consorcio Windplus.
Además, las concesiones otorgadas a WindWaves y Proinlosa para la fabricación y el ensamblaje de piezas, ahondan en el objetivo de convertir el Puerto de Ferrol en un hub de esta tecnología, especialmente interesante para el puerto porque confirma el cambio de paradigma, dentro del sector energético, con tráficos de mayor valor añadido.