Ramón Arroyo | “Las modas vienen y van, pero las canciones, si son buenas, sobreviven”

Ramón Arroyo | “Las modas vienen y van, pero las canciones, si son buenas, sobreviven”
Arroyo, segundo por la izquierda, con Los Secretos I Cedida

El guitarrista Ramón Arroyo se incorporó a Los Secretos hace 40 años y desde entonces ha sido determinante no solo en la construcción de ese sonido tan característico, sino también en la cohesión que le ha permitido a la banda sobrevivir a todas las adversidades, que no han sido pocas. Ahora, el grupo liderado por Álvaro Urquijo vive un buen momento, con un amplio respaldo de público de todas las edades. El sábado, a las 20.30 horas, actúa en el Auditorio de Ferrol

 

¿Se sienten abrumados por el éxito de esta gira, que han tenido que alargar precisamente por eso? 
La verdad es que sí. Vivimos momentos muy dulces. Ha habido épocas de menos trabajo, hemos sobrevivido a muchas crisis y a muchas desgracias, y tenemos una acogida muy buena de la gente. También es cierto que a raíz de la pandemia, la gente no desaprovecha el momento de disfrutar porque el covid nos ha recordado que somos muy mortales. Hay una efervescencia y en nuestro caso no paramos de trabajar y, como hacemos lo que nos gusta, estamos encantados. 

¿Cuál es la clave para que el grupo se haya mantenido a ese nivel y haya podido reponerse de todas estas desgracias y resistir? 
Las claves del éxito no las sabe nadie, pero puede ser la supervivencia de las canciones, cuando las haces, se mantienen ahí y atraviesan generaciones. Todos conocemos boleros y coplas que escuchaban nuestros padres o nuestros abuelos y, aunque no supiéramos muy bien quién las había hecho, se habían quedado ahí. Y en esa supervivencia tiene mucho que ver, por supuesto, el legado que nos dejó Enrique. Hemos pasado crisis, nunca hemos sido un grupo de números 1, y hemos trabajado mucho. Las crisis o te destrozan o te hacen más fuertes y cuando murió Enrique la gente nos decía: “¿Seguiréis tocando, no?” Era un momento en el que daban ganas de dejarlo todo. Imagínate cómo estaba Álvaro... Y hemos resistido al tiempo. Hay grupos que mueren de éxito, que cuando les va mejor es cuando se pelean, se separan o quieren hacer otra cosa distinta. A nosotros las circunstancias nos han hecho más fuertes, y ahí seguimos. Y, sobre todo, esto es lo que nos gusta. Mick Jagger o Paul McCartney son ejemplos supremos de artistas que lo han hecho todo y que han ganado fortunas inmensas, pero nada les quita el gusanillo de subirse al escenario y tocar.

 

¿La buena relación entre ustedes fue el pegamento para mantener el grupo unido a pesar de todo? 
Por supuesto. La buena relación es fundamental: en un grupo puedes ser más amigo de uno que de otro, pero nos conocemos muy bien, conocemos nuestras virtudes y nuestros defectos, y eso es fundamental para trabajar juntos, llevarnos bien en lo bueno y no insistir en las diferencias. A veces no es llevarse bien o mal, sino que todos somos diferentes, tenemos gustos diferentes, aunque en un grupo lógicamente tiene que haber una conexión musical y un entendimiento del lenguaje, que es absolutamente necesario. Pero estás ahí porque te gusta lo que haces, no solo tocar, sino la música que haces. Intentamos hacerlo mejor cada día, y eso nos une. Todas las aficiones unen.

 

En estas cuatro décadas largas que llevan funcionando ha habido modas de todo tipo. ¿En algún momento pensaron que su momento había pasado? 
Antes de que yo entrara, tras los tres primeros discos, del 80 al 83, les pasó. En 1983 grabaron “No me imagino”, que era un tema con un toquecito de “country-rock”, por llamarlo de alguna manera, y les dijeron: “Eso no se lleva y así no vais a ningún lado”. Y los echaron de la discográfica. Yo les había conocido en el tercer disco haciendo una canción instrumental con un grupo en el que tocaba yo, con piolín, banjo, acústica... Luego llegó el nuevo rock americano, que tenía mucha influencia del “country-rock”... Al final, las música se juntan, tienen orígenes comunes... Todos sabemos que el Rock&Roll es una especie de mezcla del blues de los negros con la música de los europeos blancos que fueron allí, la música celta incluso. Ese pudo ser un momento delicado. Pero siempre hay modas y nosotros hemos hecho la música que nos gusta y que sabemos hacer, y el tiempo al final te recompensa. Las modas vienen y van y, al final, la música está en los gustos: la que nos gusta nos parece buena y la que no nos gusta nos parece mala, pero las canciones son canciones y, según la época, se visten de una manera o se acompañan de otra. Y la canción, si es buena, sobrevive, esté envuelta como la hayas envuelto. En todos estos años hemos visto muchas modas, y aparecen y desaparecen, y vuelven a aparecer.

 

¿La gira les deja tiempo para preparar un disco de estudio? 
No nos hemos marcado una fecha porque estamos trabajando tanto, que realmente no tenemos mucho tiempo para prepararlo, pero el curso natural de la música es ese: compones música, la grabas, la tocas, y así sucesivamente, y vas añadiendo canciones al repertorio, que es muy difícil, porque con tantos años tienes una serie de canciones que tienes que tocar sí o sí. Ahora mismo estamos tanto en carretera que cuando paramos es para descansar. 

Ramón Arroyo | “Las modas vienen y van, pero las canciones, si son buenas, sobreviven”

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