Cien años de vida dan para mucho y si se aprovechan como lo ha hecho el ferrolano Rafael Castro Estévez estará lleno de anécdotas para llenar un libro.
Este polifacético madrileño de nacimiento pero ferrolano de vivencias celebró ayer sus 100 años de vida, rodeado de su familia –cinco hijos, nietos y biznietos– y pese a las muchas situaciones a las que ha tenido que hacer frente en un siglo, no pudo contener las lágrimas de emoción al verse tan arropado por sus descendientes.
La figura de Castro Estévez es más que reconocida en Ferrol. Trabajador de Astano en su fundación, su vida pública estuvo ligada a muchas entidades y organismos de la ciudad. Fue presidente de la Cocina Económica, vicepresidente del real Coro Toxos e Froles, directivo de la SAF y pintor de renombre. El deporte, siempre vinculado al mundo de la bicicleta, también ocupó parte de su larga vida. Ayer recibió su más merecido aplauso, el de sus seres queridos.