Primer temporal del año en el mar que trae caída drástica de las temperaturas

No fueron pocos los que ayer desafiaron las condiciones climáticas, con frío, lluvia y grandes olas, para disfrutar del habitual paisaje que dejan en la costa fenómenos adversos como el registrado ayer en todo el litoral gallego y que, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), proseguirá hoy con olas que superarán los cinco metros de altura en toda la costa así como el predominio del mar de fondo.

El de ayer fue el primer temporal de año, que ha obligado a activar además la alerta naranja (riesgo elevado), con rachas de viento importantes y mar cambinado de noroeste con olas que alcanzaron los 7 metros de altura.

En una situación como esta, con las alertas activadas lo que se espera de la población es se quede en sus casas, pero lo cierto es que este tipo de fenómeno resulta muy atractivo para quienes buscan hacer una foto hermosa del mar embravecido y los cielos turbios, oscuros y amenazantes por eso ayer fueron numerosos los curiosos que se acercaron a tomar instantáneas en las playas de la zona, especialmente las que reciben mayor influjo de los vientos como el arenal de A Frouxeira, en Valdoviño, donde Miguel Fernández, un vecino del lugar que baja todos los días a la playa a practicar surf o dar un paseo, aseguraba que el mar estaba “bastante bravo”, aunque apuntaba que lo peor en la playa era la sensación térmica “hoy se nota especialmente el frío, después de unas semanas bastante agradables”.

Y es que según los datos recabados por la Estación Meteorológica del CIS, las temperaturas mínimas ayer cayeron hasta los 7 grados, mientras que la máxima de la jornada alcanzó los 12,8 grados, una diferencia importante con respecto a jornadas anteriores donde la mínima si situó al nivel de las altas previstas para estas jornadas.

Otras playas de la zona, como las ferrolanas de Covas, Esmelle o Doniños también registraron ayer un importante trasiego de curiosos que disfrutaron viendo a lo lejos el rugir de las olas, sobre todo desde los salientes costeros o miradores, convertidos en punto elegido para disfrutar de este tipo de fenómenos. Aunque la alerta naranja implica cierto riesgo, el hecho de que las olas alcanzasen siete metros y no más, resultó todo un atractivo.