Hablar de Catabois es hacerlo de una demanda de aprovechamiento urbano que se remonta a muchos años atrás, el antiguo polígono de tiro.

La aprobación en el Consello de la Xunta y la posterior firma de un acuerdo con el Concello de inversión de 12 millones de euros para Ferrol ha dejado en el emblemático barrio de Catabois un proyecto muy esperado, que cuenta con una inversión de cerca de 350.000 euros, la recuperación para la ciudadanía del antiguo polígono de tiro, con dos parcelas que suman 13.386 metros cuadrados de superficie.

Las antiguas instalaciones militares se convertirán así en un espacio público de equipamiento, destinado al ocio de la ciudadanía, con las infraestructuras necesarias para su adecuada utilización.

Un parque infantil, otro canino, sendas peatonales, espacios con mobiliario urbano, iluminación, arbolado, cierre perimetral con portalones de entrada, y plazas de aparcamiento para vehículos son solo algunas de las características de la actuación que el Concello prepara para convertir un espacio abandonado y sin uso en el motor de un barrio.

Parque urbano

Aunque el proyecto que se ejecutará inicialmente no contempla todo lo que se espera poner en marcha en el campo de tiro, sí habilita ya los espacios para futuras actuaciones.

De este modo, se habilitarán las parcelas como una zona verde de esparcimiento y disfrute por parte de la población en general, con el equipamiento necesario y propio de un espacio público. Se adecuarán senderos peatonales y se montará un parque infantil, mientras que al canino se le reserva un espacio, aunque no se incluye en el proyecto inicial.

Los usuarios del parque urbano –con cierre que tendrá como entrada simbólica el muro y acceso al antiguo polígono de tiro, arbolado y demás servicios– contarán además, con una reserva de espacio para estacionamiento de 20 plazas, repartidas en dos zonas: la inmediata a las viviendas de San Pablo y centro cívico, con acceso desde la calle Carballo, y la situada al lado del Camiño do Tiro, para dar servicio a los vehículos que accedan desde el sur.

Las bicicletas tendrán su parking e incluso se prevé la posibilidad de que se instale una zona de alquiler de las mismas. Los peatones contarán, por su parte, con dos sendas que se entrecruzan, atravesando el parque y con ancho suficiente para que tengan cabida caminantes, con o sin perro, ciclistas y usuarios en silla de ruedas.

El plazo de ejecución está fijado en nueve meses.